Title: Buena Nueva de acuerdo a Juan: Traducción de dominio público abierta a mejoras
Release date: May 1, 2004 [eBook #12503]
Most recently updated: December 15, 2020
Language: Spanish
Esta traducción se basa especialmente en la biblia World English Bible - WEB (http://www.ebible.org). Así como la biblia World English Bible, esta traducción y sus fuentes se liberan al dominio público. En particular están permitidos por siempre el uso ilimitado, la redistribución, reproducción y retransmisión por cualquier medio conocido o por conocer así como su modificación. Nosotros, los traductores, no ofrecemos garantía alguna, sólo quisiéramos hacer la voluntad de Dios (aunque no estamos seguros de estar haciéndola bien). Sin los conocimientos, ni autoridad que requiere una traducción de un texto inspirado por Dios, nos atrevimos a comenzar porque no habíamos encontrado una versión de este texto en español y de dominio público. Probablemente al traducir hemos introducido errores y eventualmente la versión en la que nos basamos también tenga (aunque hemos procurado comparar con otras traducciones). Quien movido por su fe en Jesús desee mejorar esta traducción está cordialmente invitados al grupo virtual evangelios-dp http://groups.yahoo.com/group/evangelios-dp Puede buscar actualizaciones o citar como fuente de la traducción: http://de.geocities.com/nuestroamigojesus/bdp Lo invitamos a difundir esta traducción, a mejorarla pero sobre todo a colaborar en la construcción del Reino de Dios que creemos se logra haciendo la voluntad de Dios, siguiendo a Jesús.
1Al comienzo estaba la Palabra[2] la cual estaba con Dios y la Palabra era Dios [3]. 2Lo mismo era al comienzo con Dios [4]. 3Todas las cosas fueron creadas a través de Él. Sin Él no se habría creado nada de lo que se ha creado. 4En Él estaba la vida, y la vida fue la luz de los hombres. 5La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no la subyugó[5]. 6Llegó un hombre enviado por Dios cuyo nombre era Juan. 7El mismo vino como un testigo, para atestiguar sobre la luz para que todos pudieran creer a través de él. 8Él no era la luz, pero fue enviado para poder dar testimonio sobre la luz. 9La luz verdadera que ilumina a todos estaba llegando al mundo[6].
10Él estaba en el mundo y el mundo fue hecho a través de Él, y el mundo no lo reconoció. 11Él vino a sus propios y aquellos que eran sus propios no lo recibieron. 12Pero a cuantos lo recibieron, a ellos les dio el derecho[7] de convertirse en hijos de Dios, aquellos que creyeron en su nombre: 13quienes no nacieron de la sangre, ni del deseo de carne, ni del deseo del hombre sino de Dios. 14La palabra se convirtió en carne y vivió entre nosotros. Vimos su gloria, tal gloria como la del único Hijo del Padre, lleno de gracia y verdad. 15Juan dio testimonio de Él. Gritó diciendo «Este es aquel del que yo decía, `Él que viene detrás mi me sobrepasa porque Él estaba antes que yo.´» 16De su abundancia todos hemos recibido gracia sobre gracia[8]. 17Pues la ley fue dada a través de Moisés. La gracia y la verdad[9] llegaron a través de Jesús Cristo. 18Nadie ha visto a Dios en ningún momento. El único Hijo[10], que esta en el corazón del Padre, Él lo ha declarado.
19Este es el testimonio de Juan, cuando los Judíos mandaron sacerdotes y Levitas de Jerusalén a preguntarle, «¿Quien eres?»
20El confesó, y no lo negó, sino que declaró, «Yo no soy el Cristo.»
21Ellos le preguntaron, «¿Entonces quién? ¿Eres Elías?»
Él dijo, «Yo no soy.»
«¿Eres tu el Profeta?»
Él contestó, «No»
22Ellos le dijeron entonces, «¿Quién eres? Danos una respuesta para llevarla a los que nos enviaron. ¿Qué dices sobre ti mismo?»
23Él dijo, «Soy la voz de alguien que grita en el desierto, `Enderecen el camino del Señor,´ como el profeta Isaías dijo.»
24Los que habían sido enviado eran de los fariseos. 25Le preguntaron, «¿Por qué bautizas, si no eres Cristo, ni Elías, ni el Profeta?»
26Juan les contestó, «Yo bautizo en agua, pero entre ustedes hay uno que ustedes no conocen. 27Él es quien viene después de mí, pero que está antes de mi[11], de quien no soy digno de amarrar sus sandalias.» 28Estas cosas ocurrieron en Betania más allá del Jordán[12] , donde Juan estaba bautizando.
29Al día siguiente,vio a Jesús llegando donde él, y le dijo, «¡Observen, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! 30Este es de quien yo he dicho, `Después de mi viene un hombre que es preferido sobre mi, porque Él estaba antes que yo.´ 31No lo conocía, pero por esta razón yo vine bautizando con agua: para que Él fuera revelado a Israel.» 32Juan dio testimonio diciendo, «He visto al Espíritu descendiendo como una paloma del cielo, y permaneció sobre Él. 33Yo no lo reconocía, pero aquel que me envió a bautizar en agua, me dijo, `En quien veas al Espíritu descendiendo y permaneciendo sobre Él, será el mismo que bautiza en el Espíritu Santo.´ 34Yo he visto, y doy testimonio que este es el Hijo de Dios.»
35Nuevamente al día siguiente[13], Juan se encontraba con dos de sus discípulos, 36vio a Jesús cuando se acercaba y dijo, «¡Observen, el Cordero de Dios!» 37Los dos discípulos lo escucharon hablar, y siguieron a Jesús. 38Jesús se dio vuelta, los vio siguiéndolo, y les dijo, «¿Qué están buscando?»
Ellos le dijeron, «Rabí» (lo cual se interpreta como Maestro[14]) «¿Dónde te estás quedando?»
39Él les dijo, «Vengan y vean.»
Fueron y vieron donde se estaba quedando, y se quedaron con Él ese día. Era aproximadamente la décima hora[15]. 40Uno de los dos que habían escuchado a Juan, y lo había seguido era Andrés, hermano de Simón Pedro. 41Primero encontró a su propio hermano Simón y le dijo «Hemos encontrado al Mesías!» (que se interpreta como Cristo [16]). 42Lo llevo donde Jesús. Jesús lo miró, y dijo, «Tu eres Simón, el hijo de Jonás[17] . Tu serás llamado Cefas» (que se interpreta como Pedro [18]). 43Al día siguiente, estaba determinado a ir a Galilea, y encontró a Felipe. Jesús le dijo, «Sígueme.» 44Ocurría que Felipe era de la ciudad de Betsaida[19], de la ciudad de Andrés y Pedro. 45Felipe encontró a Natanael, y le dijo, «Lo hemos encontrado, a aquel sobre quienes escribieron los profetas y Moisés en la ley: Jesús de Nazaret, el hijo de José.»
46Natanael le dijo, «¿Puede algo bueno venir de Nazaret?»
Felipe le dijo, «Ven y ves.»
47Jesús vio a Natanael acercándose, y le dijo, «¡Observen, un Israelita de verdad, en quien no hay fraude!
48Natanael le dijo, «¿Cómo me conoces?»
Jesús le contestó, «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo del árbol de higos, te vi.»
49Natanael le contestó, «Rabí, ¡Tu eres el Hijo de Dios! ¡Tu eres el Rey de Israel!»
50Jesús le contestó, «¿Crees porque te dije, `Te vi debajo del árbol de higos´? ¡Verás cosas más grande que estas!» 51Le dijo, «Con seguridad, te digo, desde ahora verás el cielo abierto, y a los ángeles de Dios ascendiendo y descendiendo sobre el Hijo del Hombre.»
1Al tercer día, hubo una boda en Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba allí. 2Jesús también fue invitado a la boda junto con sus discípulos. 3Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo, «No tienen más vino.»
4Jesús le dijo, «Mujer, ¿Qué tiene que ver eso contigo o conmigo[20]? Mi hora aún no ha llegado.»
5Su madre le dijo a los criado, «Lo que sea que él les diga, háganlo.» 6Habían seis jarras de piedra ubicadas de acuerdo a la forma Judía de purificar[21], contenían dos o tres metretes [22] cada una. 7Jesús les dijo, «Llenen las jarras con agua.» Ellos las llenaron hasta el borde. 8El les dijo, «Ahora saquen algo, y llévenlo al anfitrión de la fiesta.» Entonces así lo hicieron. 9Cuando el anfitrión de la fiesta probó el agua, entonces convertida en vino, sin saber de donde venia (aunque los criados que habían tomado el agua lo sabían), llamó al recién casado, 10y le dijo, «Todos sirven el vino bueno primero, y cuando los invitados han bebido libremente[23], el que es peor. ¡Tu has guardado el vino bueno hasta ahora!» 11Esto da comienzo a las señales que Jesús hizo en Caná de Galilea, y reveló su gloria; y sus discípulos creyeron en Él.
12Después de esto, siguió hacia Capernaum, Él, su madre, sus hermanos[24] , y sus discípulos; y permanecieron allí algunos días. 13La Pascua de los Judíos estaba a mano, y Jesús se dirigía a Jerusalén. 14En el templo encontró a algunos que vendían bueyes, ovejas y palomas y a cambiadores de dinero sentados. 15Hizo una correa con cuerdas, y los sacó a todos del templo, junto con ovejas y bueyes, regó el dinero de los cambiadores y y volteó sus mesas. 16A los que vendían palomas, les dijo, «¡Saquen de aquí estas cosas! ¡No hagan de la casa de mi Padre un mercado! 17Sus discípulos recordaron que estaba escrito «El fervor por tu casa me consume.»
18Los Judíos entonces le dijeron, «¿Qué señal nos muestras, en vista de que haces estas cosas?»
19Jesús les contestó, «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.»
20Los Judíos entonces le dijeron, «Este templo estuvo en construcción durante cuarenta y seis años, ¿Y tu lo levantarás en tres días?» 21Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. 22Después, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura, y en la palabra que Jesús había dicho.
23Cuando estuvo en Jerusalén en la Pascua, durante la fiesta, muchos creyeron en su nombre, al ver las señales que hacía. 24Pero Jesús no se confiaba de ellos, porque los conocía a todos 25y porque no necesitaba que alguien diera testimonio sobre los hombres; porque Él mismo conocía lo que estaba dentro de los hombres.
1Ocurrió que había un hombre de los fariseos llamado Nicodemo, un dirigente de los Judíos. 2El mismo fue donde Jesús en la noche, y le dijo, «Rabí, sabemos que eres un maestro venido de Dios, porque nadie puede hacer estas señales que haces, a menos que Dios esté con él.»
3Jesús le contestó, «Con seguridad, te digo, a menos que se nazca de nuevo[25], no es posible ver el Reino de Dios.»
4Nicodemo le dijo, «¿Cómo puede un hombre nacer cuando es viejo? ¿Puede entrar una segunda vez al vientre de su madre y nacer?»
5Jesús le contestó, «Con seguridad te digo, a menos que se nazca de agua y espíritu, ¡No se puede entrar al Reino de Dios! 6Porque lo que nace de carne es carne. Lo que nace del Espíritu es espíritu. 7No te maravilles porque te digo, `Debes nacer de nuevo.´ 8El viento[26] sopla donde quiere, y tu escuchas su sonido, pero no sabes de donde viene ni a donde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.»
9Nicodemo le contestó, «¿Cómo pueden ser estas cosas?»
10Jesús le contestó, «¿Eres el profesor de Israel, y no entiendes estas cosas? 11Con seguridad te digo, hablamos de aquello que conocemos, y damos testimonio de aquello que hemos visto, y tu no haz recibido nuestro testimonio. 12Si yo les digo cosas terrenales y ustedes no creen, ¿Cómo creerán si les digo cosas del cielo? 13Nadie ha ascendido al cielo, excepto aquel que descendió del cielo, el Hijo del Hombre, quien está en el cielo[27]. 14Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así debe ser levantado el Hijo del Hombre, 15para que cualquiera que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. 16Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su único Hijo, para que cualquiera que crean en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17Porque Dios no envió su Hijo al mundo a juzgarlo[28], sino a que el mundo fuera salvado[29] por intermedio de Él. 18Aquel que cree en Él no es juzgado. Aquel que no crea ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del único Hijo de Dios. 19Este es el juicio, que la luz ha venido al mundo, pero los hombres amaban la oscuridad en lugar de la luz; pues sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace el mal odia la luz, y no viene a la luz por temor a que sus obras queden expuestas. 21Pero aquel que practica la verdad viene a la luz, para que sus obras puedan ser reveladas, pues han sido hechas en Dios.»
22Después de estas cosas, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea. Allí se quedaron, y bautizaron. 23Juan también estaba bautizando en Enón cerca de Salim, porque había mucha agua allí. Ellos fueron para ser bautizados[30]. 24Porque Juan aún no había sido arrojado a la prisión. 25Allí se llego a una pregunta por parte de los discípulos de Juan[31]con algunos judíos [32] sobre la purificación. 26Llegaron donde Juan y le dijeron, «Rabí, aquel que estaba contigo mas allá del Jordán,[33] de quien has dado testimonio, bautiza también y todos van a Él.»
27Juan contestó, «Un hombre no puede recibir nada si no le ha sido dado por el cielo. 28Ustedes dan testimonio por lo que dije, `Yo no soy el Cristo,´ sino[34] que, `he sido enviado antes de Él.´ 29Aquel que tiene la novia es el novio; pero el amigo del novio, que se mantiene a la escucha, se alegra con la voz del novio. Esta, mi felicidad, está entonces completa. 30El debe crecer mientras que yo debo disminuir. 31Aquel que viene de arriba está arriba de todos. Aquel que es de la tierra pertenece a la tierra y habla sobre ella. Aquel que viene del cielo está sobre todos. 32Lo que Él ha escuchado y visto, de eso da testimonio; pero nadie recibe su testimonio. 33Aquel que reciba su testimonio ha puesto su sello en esto, que en verdad es Dios. [35] 34Porque aquel al que Dios ha enviado habla las palabras de Dios; pues Dios da Espíritu sin medida. 35El Padre ama al Hijo, y le ha dado todas las cosas en su mano. 36Quien cree en el Hijo tiene vida eterna, pero quien desobedece[36] al Hijo no verá la vida, sino que la indignación de Dios permanecerá en Él.»
1Así que cuando el Señor[37] supo que los fariseos habían oído que Él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan 2(aunque Jesús mismo no los bautizaba, sino sus discípulos), 3dejó Judea, y salió hacia Galilea. 4Necesitó pasar por Samaria. 5Así que fue a una ciudad de Samaria, llamada Sicar, cerca a la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo, José. 6El pozo de Jacob[38] estaba allí. Jesús entonces, cansado de su viaje, se sentó cerca al pozo. Era cerca de la sexta hora[39]. 7Una mujer de Samaria vino a sacar agua. Jesús le dijo, «Dame de beber.» 8Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
9Entonces la mujer samaritana le dijo, «¿Cómo es esto que tu, siendo Judío, me pides de beber a mí, una mujer samaritana?» (Porque los Judíos no tenían trato con los samaritanos.)
10Jesús le contestó, «Si tu conocieras los regalos de Dios,[40] y quien es quien te dice, `Dame de beber,´ le habrías pedido y Él te habría dado agua viva.»
11La mujer le dijo, «Señor, tu no tienes con que sacarla, y el pozo es profundo. ¿De donde entonces tienes agua viva? 12¿Eres más grande que nuestro padre, Jacob, quien nos dio este pozo, y bebió de aquí él mismo, como hicieron sus niños, y sus rebaños?»
13Jesús le contestó, «Todo aquel que beba de esta agua volverá a tener sed, 14pero aquel que beba del agua que yo le de, no volverá a tener sed; sino que el agua que yo le de será en él una fuente de agua que salta a la vida eterna [41].»
15La mujer le dijo, «Señor, dame de esa agua, para no tener sed de nuevo, y para no tener que recorrer todo el camino hasta aquí a sacar.»
16Jesús le dijo, «Ve, llama a tu marido, y vuelve.»
17La mujer le contestó, «No tengo marido.»
Jesús le dijo, «Dijiste bien, `No tengo marido,´ 18porque tuviste 5 maridos; y con el que estás ahora no es tu marido. Esto que has dicho es verdad.»
19La mujer le dijo, «Señor, percibo que eres un profeta. 20Nuestros padres alabaron en estas montañas, y ustedes los Judíos dicen que en Jerusalén es el sitio donde la gente debería adorar.»
21Jesús le dijo «Mujer, creeme, vendrá la hora, cuando ni en esta montaña, ni en Jerusalén, alabarán al Padre [42]. 22Ustedes alaban lo que no conocen. Nosotros alabamos lo que conocemos; porque la salvación es de los Judíos. 23Pero la hora llega, y ahora es, cuando el verdadero adorador alabará al Padre en espíritu y verdad; porque el Padre busca aquellos para que sean quienes lo alaben[43]. 24Dios es Espíritu, y aquellos que lo alaban, deben alabar en espíritu y verdad.»
25La mujer le dijo, «Yo se que el Mesías viene,» (aquel que es llamado Cristo[44]). «Cuando venga, nos declarará todas estas cosas.»
26Jesús le dijo, «Yo soy Él. Quien contigo habla.» 27Entonces llegaron sus discípulos. Se maravillaron porque Él hablaba con una mujer; aunque ninguno dijo, «¿Qué estás buscando?»[45] o «¿Por qué hablas con ella?» 28Así que la mujer dejó su jarra de agua, y fue a la ciudad, y le dijo a la gente, 29«Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Puede este ser el Cristo?»
30La gente salió de la ciudad, y fue donde Él. 31Mientras tanto, los discípulos lo apuraron diciendo, «Rabí, come.»
32Pero Él les dijo, «Tengo alimento para comer[46], del que ustedes no saben»
33Los discípulos entonces se dijeron unos a otros, «¿Alguien le ha traído algo de comer?»
34Jesús les dijo, «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió, y completar su trabajo[47]. 35¿No dicen ustedes, `Aún quedan cuatro meses para la cosecha?´ Observen, les digo levanten sus ojos y vean los campos que ya están blancos[48] para la cosecha. 36Aquel que recoge recibe jornal, y recoge fruto para la vida eterna; para que tanto el que cultiva como el que recoge puedan disfrutar juntos. 37Porque esta frase es cierta, `Uno siembra, y otro recoge.´ 38Los envié a recoger aquello por lo que no han trabajado. Otros lo han trabajado, y ustedes han entrado en su trabajo.»
39Muchos de la ciudad de los Samaritanos creyeron en Él por las palabras de la mujer que había dado testimonio, «Me dijo todo lo que había hecho.» 40Así que cuando los samaritanos fueron donde Él, le rogaron quedarse con ellos. Él se quedó allí dos días. 41Muchos más creyeron por causa de su palabra. 42Le dijeron a la mujer, «Ahora creemos, no por lo que has dicho; sino porque lo hemos oído por nosotros mismos, y sabemos que de hecho este es el Cristo[49], el Salvador del mundo.»
43Después de dos días Él salio de allí y fue a Galilea. 44Porque Jesús mismo dio testimonio que un profeta no tiene honor en su propia tierra. 45Así que cuando fue a Galilea, la gente de Galilea lo recibió, habiendo visto todas las cosas que hizo en Jerusalén durante la fiesta, porque ellos también habían ido a la fiesta. 46Entonces Jesús fue de nuevo a Cana en Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había cierto hombre noble[50] cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum. 47Cuando escuchó que Jesús había salido de Judea hacia Galilea, fue donde Él, y le rogó que viniera y sanara a su hijo, porque estaba a punto de morir. 48Jesús entonces le dijo, «A menos que ustedes vean señales y maravillas, no creerán de forma alguna.»
49El hombre noble le dijo, «Señor, ven antes de que mi niño muera.» 50Jesús le dijo, «Ve por tu camino. Tu hijo vive.» El hombre creyó la palabra que Jesús le había dicho, y fue por su camino. 51Mientras se acercaba, sus siervos lo encontraron y le reportaron «¡Tu hijo vive!» 52Así que Él les preguntó la hora a la que había empezado a mejorar. Ellos entonces le dijeron, «Ayer a la séptima hora[51] la fiebre lo abandonó.» 53Así que el padre sabiendo que esa era la hora en la que Jesús le había dicho, «Tu hijo vive.» Creyó, así como su casa entera[52]. 54Es es nuevamente la segunda señal que Jesús hizo, saliendo de Judea hacia Galilea.
1Después de esto, hubo una fiesta de los Judíos, y Jesús fue a Jerusalén. 2En Jerusalén por la puerta de las ovejas[53], hay una piscina[54], llamada en Hebreo, «Betesda[55],» la cual tiene cinco pórticos. 3En estos yacía una gran multitud de enfermos, ciegos, inválidos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua; 4porque un ángel del Señor bajaba en ocasiones a la piscina, y agitaba el agua. Quien entrara primero después de la agitación quedaba limpio de cualquier enfermedad que tuviera. [56] 5Cierto hombre estaba allí, había estado enfermo por treinta y ocho años. 6Cuando Jesús lo vio yaciendo allí, y supo que había estado enfermo por un largo tiempo, le preguntó, «¿Deseas ser sanado?»
7El hombre enfermo le contestó, «Señor, no tengo nadie que me ponga en la piscina cuando el agua se agita, mientras llego otro entra antes que yo.»
8Jesús le dijo, «Levántate, toma tu camilla y camina.»
9Inmediatamente, el hombre sanó, tomó su camilla y caminó.
Ocurrió que ese día era sabático[57]. 10Así que los Judíos le dijeron al que había sino sanado, «Es el día sabático. No es permitido para ti cargar la camilla.»
11Él les contestó, «Aquel que me sanó, también me dijo, `Toma tu camilla y camina.´»
12Después ellos le preguntaron, «¿Quién es el hombre que te dijo,`Toma tu camilla y camina´?»
13Pero aquel que fue curado no sabía quien lo había hecho, porque Jesús se había ido[58] y había una multitud en el lugar.
14Luego Jesús lo encontró en el templo, y le dijo «Pon atención, ya estas sano, no peques más, para que nada peor te suceda.»
15El hombre se fue, y le dijo a los judíos que había sido Jesús quien lo había sanado. 16Por esto los judíos persiguieron a Jesús, y buscaban matarlo, porque hizo estas cosas el día sabático. 17Pero Jesús les contestó, «Mi Padre aún está trabajando, así que yo estoy trabajando, también.» 18Por esta razón los judíos buscaban aún más matarlo, porque no sólo rompía el día sabático, sino también llamaba su Padre a Dios, haciéndose Él mismo igual a Dios. 19Jesús entonces les contestó, «Con seguridad, les digo, el Hijo no puede hacer nada por si mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Porque cualquier cosa que Él haga, así mismo las hace el Hijo. 20Porque el Padre tiene afecto por el Hijo, y le muestra todas las cosas que Él mismo hace. Él le mostrará obras más grandes que está, para que puedan maravillarse. 21Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo le da vida a quien Él desee. 22Porque el Padre no juzga a nadie, pero le ha dado todo juicio al Hijo, 23para que todos puedan honrar al Hijo, así como alaban al Padre. Aquél que no honre al Hijo no honra al Padre que lo envió.
24«Con seguridad les digo, aquel que escuche mi palabra, y creerá en quien me envió, tiene vida eterna, y no va a juicios, sino que ha pasado de muerto a vivo. 25Con seguridad les digo, llega la hora, y es ahora, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y aquellos que escuchen vivirán. 26Porque así como le Padre tiene vida en si mismo, así le dio al Hijo también para tener vida en si mismo. 27También le dio su autoridad para ejercer juicios, porque Él es un hijo de hombre[59]. 28No se maravillen de esto, porque la hora llega, en la que todos los que están en las tumbas oirán su voz, 29y saldrán; aquellos que han hecho bien, a la resurrección de la vida; y aquellos que han hecho mal, a la resurrección del juicio. 30Por mi mismo no puedo hacer nada. Cuando escucho[60], juzgo, y mi juicio es justo; porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad de mi Padre quien me envió.
31«Si doy testimonio sobre mi mismo, mi testimonio no es válido. 32Es otro quien da testimonio sobre mi. Se que el testimonio que da sobre mí es cierto. 33Ustedes han sido[61] enviados a Juan, y él ha dado testimonio a la verdad. 34Pero el testimonio que recibo no es de hombres. Aunque, digo estas cosas para que se puedan salvar. 35Él era la lampara brillante y encendida, y ustedes estaban ansiosos por alegrarse un tiempo en su luz. 36Pero el testimonio que tengo es más grande que el de Juan, pues los trabajos que el Padre me dio para cumplir, los trabajos precisos que hago, dan testimonio sobre mi: que el Padre me ha enviado. 37El Padre mismo, quien me envió, ha dado testimonio sobre mí. Ustedes no han oído su voz en momento alguno, ni han visto su forma. 38Ustedes no tienen su palabra viva en ustedes; porque no creen en aquel que Él envío.
39«Buscan las Escrituras, porque piensan que en ellas tienen vida eterna; y estas son las que dan testimonio sobre mí. 40Pero ustedes no desean venir a mí[62], para poder tener vida. 41No recibo gloria de los hombres. 42Pero se, que ustedes no tienen el amor de Dios en ustedes mismos. 43Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me reciben. Si otro viene en su propio nombre, ustedes lo recibirán. 44¿Cómo pueden ustedes creer, que reciben gloria quienes se alaban unos a otros[63], y no buscan la gloria que viene del único Dios?
45«No piensen que los acusaré ante el Padre. Hay uno que los acusará, Moisés[64], en quien ustedes han puesto su esperanza. 46Porque si creyeran en Moisés, creerían en mí, pues él escribió sobre mi. 47Pero si no creen sus escritos, ¿Cómo creerán mis palabras?»
1Después de estas cosas, Jesús fue al otro lado del lago[65] Galilea, que también es llamado el Lago de Tiberias[66]. 2Una gran multitud lo seguía, porque habían visto los milagros que hizo con quienes estaban enfermos. 3Jesús subió a una montaña, y se sentó allí con sus discípulos. 4Ocurría que la Pascua, la fiesta de los Judíos, estaba a mano. 5Jesús entonces levantando sus ojos, y viendo que una gran multitud venía a Él, le dijo a Felipe, «¿Dónde vamos a comprar pan, para que estos puedan comer?» 6Esto lo dijo para probarlo, porque el mismo sabía lo que haría.
7Felipe contestó, «Doscientos denarios en pan no serían suficientes para que cada uno de ellos reciba un poco.»
8Uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Pedro, le dijo, 9«Hay un niño aquí que tiene cinco panes de cebada[67] y dos pescados, pero ¿Qué es esto para tantos?»
10Jesús dijo, «Hagan que la gente se siente.» En ese lugar había mucho espacio en el pasto. Así que los hombres se sentaron, quienes eran alrededor de cinco mil. 11Jesús tomó los pedazos, y habiendo dado gracias, comenzó a distribuirlos a los discípulos, y los discípulos a los que estaban sentados[68]; de la misma forma con los peces tanto como ellos deseaban. 12Cuando estuvieron llenos, le dijo a sus discípulos, «Recojan los pedazos que quedaron, para que nada se pierda.» 13Así que los recolectaron, y llenaron doce canastos con los restos de las cinco tajadas, que habían dejado los que habían comido[69]. 14Entonces cuando la gente vio las señales que Jesús hizo, dijeron, «Este es verdaderamente el profeta que viene al mundo.» 15Entonces Jesús, percibiendo que iban a ir y tomarlo por la fuerza, para hacerlo rey, se retiró a la montaña. [70]
16Cuando se hizo noche, sus discípulos fueron al lago 17entraron al bote y fueron por el lago hacia Capernaum. Estaba oscuro y Jesús aún no había ido donde ellos. 18El lago era agitado por un gran viento que soplaba. 19Entonces, cuando habían remado cerca de veinticinco o treinta estadios[71] vieron a Jesús caminando sobre el lago, y acercándose al bote; y tuvieron miedo. 20Pero Él les dijo, «SOY YO. No tengan miedo.» 21Entonces deseaban recibirlo en el bote. Y de inmediato el bote quedó en tierra en el sitio al que se dirigían.
22Al día siguiente, la multitud que estaba al otro lado del lago vio que no habían más botes allí excepto en el que se habían embarcado los discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en el bote, sino que ellos se habían ido solos. 23Sin embargo llegaron botes de Tiberia cerca al sitio donde comieron pan después de que el Señor había dado gracias. 24Entonces cuando la multitud vio que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, ellos mismos entraron en los botes, y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. 25Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron, «Rabí, ¿Cuándo viniste aquí?»
26Jesús les contestó, «Con seguridad les digo, me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron pan y quedaron llenos. 27No trabajen por la comida que perece, sino por la comida que permanece en la vida eterna, de la cual el Hijo del Hombre les dará. Porque Dios el Padre se lo ha concedido.»
28Ellos entonces le dijeron, «¿Qué debemos hacer, para poder realizar los trabajos de Dios?»
29Jesús les contestó, «Este es el trabajo de Dios, que ustedes crean en aquel que Él ha enviado.»
30Entonces ellos le dijeron, «¿Qué señal haces para que podamos ver y creerte? ¿Qué obras realizas? 31Nuestros padres comieron mana en el desierto. Como está escrito, `Él les dio pan del cielo[72] para comer.´»
32Jesús entonces les dijo, «Con seguridad, les digo, no fue Moisés quien les dio pan del cielo, sino mi Padre da el verdadero pan del cielo. 33Porque el pan de Dios es quien viene del cielo, y da vida a este mundo.»
34Entonces le dijeron, «Señor, danos siempre de este pan.»
35Jesús les dijo, «Soy el pan de la vida. Quien venga a mi no tendrá hambre, y aquel que crea en mi nunca estará sediento. 36Pero ya les dije, que ustedes me han visto, y aún no creen en mí. 37Todos aquellos que mi Padre me de, vendrán a mí. A aquel que venga a mí de ninguna forma lo rechazaré. 38Porque he venido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de quien me envió. 39Esta es la voluntad de mi Padre que me ha enviado, que de todos los que me ha entregado, no debo perder nada[73], sino resucitarlos el último día. 40Esta es la voluntad del que me envió, que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tendrá vida eterna; y yo lo resucitaré el último día.»
41Entonces los Judíos murmuraron contra Él, porque dijo, «Soy el pan que bajó del cielo.» 42Dijeron, «¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo entonces es que Él dice, `Yo he venido del cielo?´»
43Entonces Jesús les contestó, «No murmuren entre ustedes. 44Nadie puede venir a mí a menos que mi Padre que me envió, lo traiga, y yo lo resucitaré en el último día. 45Está escrito en los profetas, `Todos serán enseñados por Dios.´ Así que todo el que oiga del Padre, y haya aprendido, viene a mí. 46Nadie ha visto al Padre, excepto aquel que es de Dios[74]. Él ha visto al Padre. 47Con seguridad, les digo, [75] tiene vida eterna. 48Soy el pan de la vida[76]. 49Sus padres comieron el mana del desierto, y murieron. 50Este es el pan que viene del cielo[77], para que cualquiera pueda comerlo y no morir. 51Soy el pan viviente que bajó del cielo. Si alguien come de este pan, vivirá por siempre. Si, el pan por el cual le daré la vida al mundo es mi carne.»
52Entonces los Judíos discutieron unos con otros, diciendo, «¿Cómo puede este hombre darnos su carne para comer?»
53Así que Jesús les dijo, «Con seguridad les digo, a menos que coman de la carne del Hijo del Hombre y beban su sangre, ustedes no tendrán vida en ustedes mismos. 54Aquel que coma mi carne y beba mi sangre tiene vida eterna, y lo resucitaré en el último día. 55Porque en verdad mi carne es comida, y en verdad mi sangre es bebida. 56Aquel que coma mi carne y beba mi sangre vive en mí[78], y yo en él. 57Así como el Padre me envió, y yo vivo gracias al Padre; así mismo él que se alimente de mí, también vivirá gracias a mí. 58Este es el pan que bajó del cielo, no es como con el mana que nuestros padres comieron y murieron. Aquel que coma este pan vivirá por siempre.» 59Jesús dijo esto en la sinagoga, mientras enseñaba en Capernaum.
60Entonces muchos de sus discípulos, cuando lo escucharon, dijeron, «¡Estas son palabras fuertes! ¿Quién puede escucharlas?»[79]
61Pero Jesús sabiendo en su interior lo que los discípulos murmuraban sobre esto, les dijo, «¿Esto los perturba?[80] 62¿Cómo sería si vieran al Hijo del Hombre ascendiendo al sitio donde estaba antes? 63Es el Espíritu quien da vida. La carne no da ganancia alguna[81]. Las palabras que les digo son espíritu, y son vida. 64Pero hay algunos de ustedes que no creen.» Porque desde el comienzo Jesús sabía quienes eran, quienes no creían, y quien sería el que lo traicionaría. 65Él dijo, «Por esto les he dicho que nadie viene a mi, a menos que le haya sido dado por el Padre.»
66En esto, muchos de sus discípulos regresaron, y no caminaron más con Él. 67Entonces Jesús les dijo a los doce, «Ustedes no quieren irse, ¿O si quieren?»
68Simón Pedro le contesto, «Señor, ¿A quien iríamos? Tu tienes las palabras de la vida eterna. 69Hemos llegado a creer y sabemos que tu eres Dios bendito[82].»
70Jesús les contesto, «¿No los escogí a los doce? Y uno de ustedes un demonio» 71Él hablaba de Judas, el hijo de Simón Iscariote, porque este era el que lo traicionaría, y era uno de los doce.
1Después de estas cosas, Jesús anduvo por Galilea, no iba por Judea, porque los Judíos buscaban matarlo. 2Ocurría que la fiesta de los Judíos estaba a mano, la fiesta de Enramadas. 3Entonces sus hermanos[83] le dijeron, «Partan de aquí y vayan a Judea, para que tus discípulos también puedan ver las obras que haces. 4Porque nadie hace nada en secreto, y cada cual busca ser conocido ampliamente[84]. Si haces esto, te das a conocer al mundo.» 5Porque incluso sus hermanos no creían en Él.
6Entonces Jesús les dijo, «Mi hora no ha llegado, pero su tiempo siempre está listo. 7El mundo no puede odiarlos, pero me odia, porque doy testimonio de este, que sus obras son malas. 8Vayan ustedes a la fiesta. Pero yo no voy a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.»
9Habiéndoles dicho estas cosas, se quedó en Galilea. 10Pero cuando sus hermanos se habían ido a la fiesta, Él también fue, no públicamente sino en secreto. 11Los Judíos entonces lo buscaron en la fiesta, y dijeron, «¿Donde está Él?» 12Había muchos comentarios entre la multitud con respecto a Él. Algunos decían, «Él es un buen hombre.» Otros decían «No es así, sino que pierde a la multitud.» 13Pero nadie hablaba abiertamente de Él por temor a los Judíos. 14Y cuando estaban en la mitad de la fiesta, Jesús fue al templo y enseñó. 15Los Judíos entonces se maravillaron diciendo, «¿Cómo puede conocer este las letras[85], cuando nunca ha sido educado?»
16Jesús entonces les contestó, «Mi enseñanza no es mía, sino de aquél que me envió. 17Si alguien desea hacer su voluntad, sabrá reconocer la enseñanza, bien si viene de Dios, o si hablo por mi mismo. 18Aquel que habla de si mismo busca su propia gloria, pero aquel que busca la gloria del que lo envío es verdad[86], y no hay error en Él. 19¿Acaso no les dio Moisés la ley, y sin embargo ninguno de ustedes acata la ley? ¿Por qué buscan matarme?
20La multitud le contestó, «¡Tienes un demonio! ¿Quién busca matarte?»
21Jesús les contestó, «Hice una obra, y todos ustedes se maravillaron de esta. 22Moisés les ha dado circuncisión (eso no es de Moisés, sino de los padres), y en el día sabático ustedes circuncidan un niño. 23Si un niño recibe circuncisión el día sabático, sin que la ley de Moisés sea quebrantada, ¿Acaso se enojan conmigo porque sané a un hombre por completo[87]en el día sabático? 24No juzguen por las apariencia, en cambio hagan juicios justos.»
25Entonces algunos de los de Jerusalén dijeron, «¿No es este al que buscan matar? 26Observen, habla abiertamente, y no dicen nada de Él. ¿Puede ser que los dirigentes de hecho saben que este verdaderamente es el Cristo? 27Sin embargo sabemos de donde viene este hombre, pero cuando el Cristo venga, nadie sabrá de donde viene.»
28Jesús entonces gritó en el templo, enseñando y diciendo, «Ustedes me conocen, y saben de donde vengo. No he venido por mi mismo, sino verdaderamente por quien me envió[88], a quien ustedes no conocen. 29Lo conozco porque vengo de Él, y Él me envió.»
30Entonces ellos querían atraparlo, pero nadie puso una mano sobre Él, porque su hora aún no había llegado. 31Pero de la multitud, muchos creían en Él. Decían, «Cuando el Cristo venga, no hará más señales que las que ha hecho este hombre, ¿No es así?» 32Los fariseos escucharon a la multitud murmurando estas cosas sobre Él, y los sacerdotes jefes y los fariseos enviaron oficiales para arrestarlo.
33Entonces Jesús dijo, 34«Estaré con ustedes un poco más de tiempo, entonces iré donde quien me envió. Me buscarán y no me encontrarán; y donde yo esté, ustedes no podrán ir.»
35Los Judíos entonces dijeron entre ellos, «¿A donde irá este hombre para que no podamos encontrarlo? ¿Irá a la diáspora[89] de los griegos, y les enseñará a los griegos? 36Cual es está palabra[90]que el ha dicho, `Me buscarán y no me encontrarán; y donde yo esté, ustedes no podrán ir?´
37Ocurrió que el último y más importante día de la fiesta, Jesús se levantó y gritó, «Si alguien está sediento, ¡Que venga a mí y beba! 38De aquel que crea en mí[91], como dicen las Escrituras, brotarán ríos de agua viva.» 39Pero el hablaba sobre el Espíritu, que quienes creían en Él estaba por recibir. Porque el Espíritu Santo aún no había sido dado, pues Jesús aún no había sido glorificado.
40Muchos de la multitud entonces, cuando escucharon estas palabras dijeron, «Este es verdaderamente un profeta.» 41Otros dijeron, «Este es el Cristo.» Pero algunos dijeron, «¿Acaso el Cristo viene de Galilea? 42¿No ha dicho la escritura que el Cristo vendrá de la semilla de David, y de Belén, la villa donde David estaba?» 43Así que se creó un división entre la multitud por causa de Él. 44Algunos de ellos lo hubieran arrestado, pero nadie le puso las manos encima. 45Los oficiales, entonces, fueron donde los sacerdotes jefes y los fariseos, y ellos les dijeron, «¿Por qué no lo llevaron?»
46Los oficiales contestaron, «¡Ningún hombre ha hablado antes como este hombre!»
47Los fariseos entonces les contestaron, «¿Acaso se están dejando perder ustedes también? 48¿Alguno de los dirigentes o de los fariseos ha creído en Él? 49Pero esta multitud que no conoce la ley está maldita.»
50Nicodemo (quien había buscado a Jesús[92], y siendo uno de ellos[93]) les dijo, 51«¿Juzga nuestra ley a un hombre, sin escucharlo personalmente primero y saber lo que hace?»
52Le contestaron, «¿También eres de Galilea?» Busca y observa[94] que ningún profeta ha salido de Galilea.»
1pero Jesús se fue al Monte de los Olivos[95]. 2Bien temprano por la mañana regresó al templo de nuevo, y todos fueron a Él. Él se sentó y les enseñó. 3Los Escribas y los fariseos trajeron una mujer que había cometido adulterio. Habiéndola colocado en la mitad 4le dijeron, «Maestro, encontramos a esta mujer cometiendo adulterio, en el acto mismo. 5En nuestra ley, Moisés nos ordenó apedrear a estas. dices de ella?» 6Lo hicieron para probarlo, y así poder acusarlo de algo.
Pero Jesús se agacho y escribió con el dedo en el suelo. 7Cuando continuaron preguntándole, alzó la mirada y les dijo, «Aquel de ustedes que este libre de pecado que lance la primera piedra.» 8De nuevo se agachó y escribió con su dedo en el suelo,
9Cuando escucharon esto, condenados por su conciencia[96], salieron uno por uno comenzando por los más ancianos hasta el último. Jesús fue dejado solo con la mujer, la cual se encontraba aún en la mitad. 10Jesús levantándose la miró y dijo, «Mujer, ¿Dónde están los que te acusan?[97] ¿Nadie te condenó?»
Jesús dijo, «Yo tampoco te condeno. Ve por tu camino. Desde ahora no peques más.»
12En otra ocasión Jesús les habló diciéndoles[98], «Yo soy la luz del mundo. El que me siga no caminará en la oscuridad, tendrá la luz de la vida.»
13Los fariseos entonces le dijeron, «Das testimonio de ti mismo. Tu testimonio no es válido.»
14Jesús les contestó, «Aún cuando doy testimonio de mi mismo, mi testimonio es cierto, porque se de donde vengo, y a donde voy; pero ustedes no saben de donde vengo ni a donde voy. 15Ustedes juzgan de acuerdo a la carne[99]. Yo no juzgo a nadie. 16Incluso si juzgo, mi juicio es cierto, porque no estoy sólo, sino con mi Padre quien me ha enviado. 17También está escrito en la ley que el testimonio de dos personas es válido. 18Yo soy uno de los que da testimonio de mi mismo, y el Padre que me envió da testimonio sobre mí.»
19Entonces le dijeron, «¿Donde está tu Padre?»
Jesús les contestó, «Ustedes no me conocen ni tampoco a mi Padre. Si me conocieran, también sabrían quien es mi Padre.» 20Jesús dijo esto en el salón de la urna, mientras enseñaba en el templo. Aunque nadie lo arrestó porque su hora aún no había llegado. 21Jesús les dijo de nuevo, «Me voy, y ustedes me buscarán y morirán en sus pecados. A donde yo voy ustedes no podrán ir.»
22Los Judíos entonces dijeron, «¿Se matará a si mismo? pues dice, `A donde yo vaya ustedes no podrán ir.´»
23Él les dijo, «Ustedes son de abajo. Yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo. Yo no soy de este mundo. 24Por eso les digo que ustedes morirán en sus pecados; a no ser de que ustedes crean que YO SOY Él[100], ustedes morirán en sus pecados.»
25Entonces ellos le dijeron, «¿Quién eres tu?»
Jesús les dijo,«Lo que les he estado diciendo desde el principio[101]. 26Tengo muchas cosas por decir[102] y por juzgar con respecto a ustedes. Sin embargo quien me envió es verdad[103]; y las cosas que oigo que Él, son las que digo al mundo.»
27Ellos no entendían que les hablaba acerca del Padre. 28Entonces Jesús les dijo, «Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces sabrán que YO SOY Él, y que no hago nada por mi mismo, sino que digo estas cosas como mi Padre me ha enseñado. 29Aquel que me envió está conmigo. El Padre no me ha dejado sólo, porque siempre he hecho lo que le complace.»
30Mientras hablaba estas cosas, muchos creyeron en Él. 31Entonces Jesús les decía a los Judíos que habían creído en Él, «Si permanecen en mi palabra, entonces ustedes serán verdaderamente mis discípulos. 32Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»
33Le contestaron, «Somos la semilla de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices, `Ustedes serán liberados?´»
34Jesús les contestó, «Con seguridad les digo, todo aquel que cometa pecado es esclavo del pecado. 35Un esclavo no vive en una casa[104] por siempre. Un hijo permanece por siempre. 36Entonces si el Hijo los hace libres, ustedes serán de hecho liberados. 37Se que son la semilla de Abraham, pero buscan matarme, porque mis palabras no encuentran lugar en ustedes[105]. 38Digo las cosas que he visto con mi Padre; y ustedes también hacen las cosas que han visto con[106] sus padres.»
39Le contestaron, «Nuestro padre es Abraham.»
Jesús les dijo, «Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. 40Pero ahora ustedes buscan matarme, a un hombre que les ha dicho la verdad, verdad que he oído de Dios. Abraham no hizo esto. 41Ustedes hacen las obras de su padre.»
Le dijeron, «No fuimos nacidos de inmoralidad sexual. Tenemos un Padre: Dios.»
42Entonces Jesús les dijo, «Si Dios fuera su padre, me amarían, porque he salido y he venido de Dios[107]. Pues no he venido de mi mismo[108], sino del que me envió. 43¿Por qué no entienden lo que digo? Porque ustedes no están en capacidad[109] de oír mi palabra. 44Ustedes son de su padre, el diablo, y ustedes quieren hacer los deseos de su padre. El diablo fue un asesino desde el comienzo, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice una mentira, habla por si mismo; porque es un mentiroso, y el padre de las mentiras[110]. 45Pero como digo la verdad, ustedes no me creen. 46¿Cuál de ustedes me acusa de pecado? ¿Si les digo la verdad, por qué no creen en mí? 47Él que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por esto ustedes no oyen, porque ustedes no son de Dios.»
48Entonces los Judíos le contestaron, «¿No decimos bien que tu eres un Samaritano, y tienes un demonio?»
49Jesús contestó, «No tengo un demonio, sino que honró a mi Padre, y ustedes me deshonran. 50Pues yo no busco mi propia gloria. Hay alguien que la busca y que juzga[111]. 51Con seguridad les digo, si una persona sigue mi palabra, nunca verá la muerte.»
52Entonces los Judíos le dijeron, «Ahora sabemos que tienes un demonio. Abraham y los profetas murieron; y tu dices, `Si un hombre sigue mi palabra, nunca probará la muerte.´ 53¿Eres más grande que nuestro padre, Abraham, quien murió? Los profetas murieron. ¿Quien pruebas ser?
54Jesús les contestó, «Si me doy gloria a mi mismo, mi gloria es nada. Es mi Padre quien me glorifica, de quien ustedes dicen: Él es nuestro Dios. 55Ustedes no lo han conocido, pero yo lo conozco. Si yo dijera, `No lo conozco,´ sería como ustedes, un mentiroso. Pero lo conozco, y sigo su palabra. 56Su padre Abraham se regocijó al ver mi día. Lo vio, y se alegró.»
57Entonces los Judíos le dijeron, «Aún no tienes cincuenta años, ¿Pero ya has visto a Abraham?»
58Jesús les dijo, «Con seguridad, les digo, antes de que Abraham llegara a existir, YO ESTOY[112].»
59Entonces ellos cogieron piedras para arrojarle, pero Jesús fue escondido y salió del templo, pasando por en medio de ellos, y así continuando[113].
1Mientras continuaba,vio a un hombre ciego de nacimiento. 2Sus discípulos le preguntaron, «Rabí, para que este hombre naciera ciego, ¿Quién pecó, él o sus padres?»
3Jesús le contestó, «No pecó este hombre, ni sus padres; sino es para que las obras de Dios puedan ser reveladas en él. 4Debo realizar las obras de aquel que me envió, mientras que es de día. Se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar. 5Mientras yo esté en el mundo, soy la luz del mundo.» 6Mientras decía esto, ponía saliva en la tierra, hizo barro con su saliva, y ungió los ojos del ciego con el barro, 7y le dijo, «Ve, lávate en la piscina de Siloé» (que significa «Enviado»)[114]. Así que él fue, se lavó, y volvió viendo. 8Entonces los vecinos, y aquellos que vieron que estaba ciego antes[115], dijeron, «¿No es este el que estaba sentado y mendigaba?» 9Otros decían, «Es él.» Aún otros decían, «Se parece a él.»
Él decía, «Soy ese.» 10La gente entonces le preguntó, «¿Cómo se abrieron tus ojos?»
11Él contestó, «Un hombre llamado Jesús hizo barro, ungió mis ojos, y me dijo, `Ve a la piscina de Siloé, y lávate.´ Así que fui, me lave y recibí la vista.»
12Entonces le preguntaron, «¿Dónde está Él?»
Él dijo, «No lo se.»
13Llevaron al que había estado ciego[116] donde los fariseos. 14Era día sabático cuando Jesús hizo barro y abrió sus ojos. 15De nuevo le preguntaron los fariseos como había recibido la vista. Él les dijo, «Él puso barro en mis ojos, me lavé, y veo.»
16Entonces algunos de los Fariseos dijeron, «Ese hombre no es de Dios, porque no sigue el día sabático.» Otros decían, «¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales?» Había división entre ellos. 17Entonces algunos de los Fariseos dijeron, «¿Qué dices sobre Él, pues Él ha abierto tus ojos?»
Él dijo, «Es un profeta.»
18Los Judíos entonces no creyeron lo concerniente a él, que había estado ciego, ni que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19y les preguntaron, «¿Es este su hijo, quien ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo entonces es que él ve ahora?»
20Sus padres les contestaron, «Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; 21pero que ahora como ve, no lo sabemos; ni conocemos a quien abrió sus ojos. Él es de edad. Pregúntenle. Hablará por si mismo.» 22Sus padres dijeron estas cosas porque temían a los Judíos; pues los Judíos ya habían acordado expulsar de la sinagoga a quien confesara que Él era Cristo. 23Por esto sus padres dijeron, «El es de edad. Pregúntenle.»
24Así que llamaron al que había estado ciego por segunda vez, y le dijeron, «Da gloria a Dios[117]. Sabemos que este hombre es un pecador.»
25Él contestó, «No se si es un pecador. Una cosa se: que aunque yo estaba ciego, ahora veo.»
26Le dijeron nuevamente, «¿Qué te hizo? ¿Cómo abrió tus ojos?»
27Él les contestó, «Ya les dije, y ustedes no escuchan. ¿Por qué quieren oír de nuevo? ¿Es que también desean hacerse discípulos de Él?»
28Lo insultaron y dijeron, «Tú eres su discípulo, pero nosotros somos discípulos de Moisés. 29Sabemos que Dios ha hablado a Moisés. Pero con respecto a este hombre, no sabemos de donde viene.»
30El hombre les contestó, «¡Que sorprendente! No saben de donde viene, aunque ha abierto mis ojos. 31Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero si alguien adora a Dios[118], y hace su voluntad, Él lo escucha. 32Desde que el mundo comenzó, no se ha oído de alguien que abriera los ojos a un ciego de nacimiento. 33Si este hombre no fuera de Dios, Él no podría hacer nada.»
34Le contestaron, «Tu naciste por completo en pecado[119] ¿Pero nos enseñas?» Y lo expulsaron.
35Jesús escuchó que lo habían expulsado, y encontrándolo[120], le dijo, «¿Crees en el Hijo de Dios?»
36Él le contestó, «¿Quién es él, Señor, para que yo pueda creer?»
37Jesús le dijo, «Tu ya los has visto, y es quien habla contigo.»
38Él dijo, «¡Señor, yo creo!» y lo alabó[121].
39Jesús dijo, «Vine a este mundo a juzgar, para que aquellos que no ven puedan ver; y que aquellos que ven queden ciegos.»
40Algunos de los fariseos que estaban con Él, escucharon estas cosas, y le dijeron, «¿Estamos nosotros también ciegos?»
41Jesús les dijo, «Si estuvieran ciegos, no pecarían; pero ahora dicen `Vemos.´ Entonces sus pecados permanecen.»
1«Con seguridad les digo, aquel que no entre por la puerta al rebaño de ovejas, sino que escale de alguna otra manera, es tanto un estafador como un ladrón. 2Pero quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3El portero abre la puerta para él, y las ovejas escuchan su voz. Él llama sus ovejas por su nombre y las saca. 4Siempre que él saca sus ovejas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5De ningún modo seguirán a un extraño, sino que huirán de él; porque no conocen la voz de extraños.» 6Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no entendieron lo que les decía.
7Jesús entonces les dijo de nuevo, «Con seguridad, les digo, soy la puerta de las ovejas. 8Todos los que vinieron antes de mi son estafadores y ladrones, pero las ovejas no los escucharon[122]. 9Soy la puerta. Si alguien entra por mi, será salvado, y entrará y saldrá, y encontrará alimento. 10El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Vine para que puedan tener vida, y para que la tengan en abundancia. 11Soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12El que es empleado contratado en lugar de pastor, y a quien no le pertenezcan las ovejas, ve venir al lobo, deja las ovejas y huye. El lobo roba las ovejas, y las dispersa[123]. 13El que es empleado contratado huye porque es contratado, y no le importan las ovejas. 14Soy el buen pastor. Conozco las mías, y soy conocido por las mías; 15así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre. Yo entrego mi vida por las ovejas. 16Tengo otras ovejas, que no son de este rebaño. También debo traerlas, y escucharán mi voz. Se convertirán en un rebaño con un pastor. 17Por esto el Padre me ama, porque entrego mi vida, para poderla tomar de nuevo. 18Nadie me la quita, sino que la entrego yo mismo. Tengo el poder para entregarla, y tengo poder para tomarla de nuevo. Recibí este mandamiento de mi Padre.»
19Entonces se creó una división entre los Judíos a causa de estas palabras. 20Muchos de ellos decían, «¡Tiene un demonio y está loco! ¿Por qué lo escuchan?» 21Otros decían, «Estas no son las palabras de alguien poseído por un demonio. ¿Acaso es posible para un demonio abrir los ojos de los ciegos?»
22Era la Fiesta de la Dedicación[124] en Jerusalén. 23Era invierno, y Jesús estaba caminando en el templo, en el pórtico de Salomón. 24Entonces los Judíos lo rodearon y le dijeron, «¿Cuanto tiempo nos mantendrás en suspenso? Si tu eres el Cristo, dínoslo directamente.»
25Jesús les contestó, «Yo ya les dije, y ustedes no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre, dan testimonio sobre mí. 26Pero ustedes no creen, porque ustedes no son de mis ovejas, como les dije. 27Mis ovejas escucha mi voz, yo las conozco, y me siguen. 28Les doy vida eterna. Nunca perecerán, y nadie podrá arrebatarlas de mi mano. 29Mi Padre, quien me las ha dado, es más grande que todos[125]. Para nadie es posible arrebatarlas de las mano de mi Padre. 30Yo y el Padre somos uno.»
31Entonces los Judíos tomaron piedras nuevamente para apedrearlo. 32Jesús les contestó, «Les he mostrado muchas obras buenas de mi Padre. ¿Por cuál de esas obras desean apedrearme?»
33Los Judíos le contestaron, «No te apedreamos por una buena obra, sino por blasfemia: porque tu, siendo un hombre, te crees Dios.»
34Jesús les contestó, «¿No está escrito en su ley, `Les dije, ustedes son dioses?´ 35Si llama[126] dioses a aquellos a quienes la palabra de Dios llega (y la Escritura no puede quebrantarse), 36¿Cómo dicen `Blasfemas´ a aquel a quien el Padre santificó[127] y envió al mundo, porque les dije `Soy el Hijo de Dios?´ 37Si yo no hago las obras de mi Padre[128], no me crean. 38Pero si yo las hago, aunque no me crean a mi, crean en las obras; para que puedan saber y creer que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
39Nuevamente intentaron atraparlo, pero Él se alejo de su alcance. 40Se fue de nuevo más allá del Jordán[129] al lugar donde Juan estuvo bautizando al comienzo, y allí se quedó. 41Muchos vinieron a Él. Decían, «En realidad Juan no hizo señales, pero todo lo que Juan dijo sobre este hombre es verdad.» 42Muchos creyeron en Él allí.
1Cierto hombre estaba enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de Maria y su hermana, Marta. 2Era aquella María que había ungido al Señor con aceite, y que había limpiado sus pies con el cabello, quien estaba enfermo era su hermano Lázaro. 3Las hermanas le mandaron decir, «Señor, observa, aquel por quien tienes gran afecto está enfermo.» 4Cuando Jesús lo escuchó, dijo, «Esta enfermedad no es mortal sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios pueda ser glorificado con esta.» 5Ocurría que Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6Aunque[130] cuando supo que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7Tras lo cual le dijo a los discípulos, «Vayamos de nuevo a Judea.»
8Los discípulos le dijeron, «Rabí, los Judíos están tratando de apedrearte, ¿Pero vas de nuevo allá?»
9Jesús les contestó, «¿No hay doce horas de luz al día? Si un hombre camina en el día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo. 10Pero si un hombre camina en la noche, tropieza, porque la luz no está en él.» 11Dijo estas cosas, y después, les dijo «Nuestro amigo Lázaro yace dormido, pero voy a ir para poder despertarlo de su sueño.»
12Entonces los discípulos dijeron, «Señor, si yace dormido, se recobrará.»
13Jesús hablaba de su muerte, pero ellos pensaban que hablaba de descansar durmiendo. 14Así que Jesús les dijo directamente, «Lázaro está muerto. 15Por el bien de ustedes, me alegra no haber estado allí, para que puedan creer. Por esto, vamos donde él.»
16Entonces Tomas, que era llamado dídimo[131], dijo a los discípulos, «Vayamos también, para poder morir con Él.»
17Así que cuando Jesús fue, encontró que Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba. 18Betania estaba cerca a Jerusalén, como a quince estadios[132] de distancia. 19Muchos de los Judíos se habían unido a las mujeres que rodeaban a Marta y Maria, para consolarlas por lo concerniente a su hermano. 20Entonces cuando Marta escucho que Jesús venía, fue a encontrarlo, pero Maria se quedó en la casa. 21Entonces Marta le dijo a Jesús, «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto. 22Aunque yo ahora se, que cualquier cosa que le pidas a Dios, Dios te la concederá.» 23Jesús le dijo, «Tu hermano resucitará.»
24Marta le dijo, «Se que él resucitará en la resurrección del último día.»
25Jesús le dijo, «Yo soy la resurrección y la vida. Aquel que crea en mí vivirá, incluso si muere. 26Cualquier que viva y crea en mí no morirá nunca. ¿Crees esto?»
27Ella le dijo, «Si, Señor. He llegado a creer que tu eres Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo.»
28Cuando había dicho esto, se fue, y llamó en secreto a María, su hermana, diciendo, «El Maestro está aquí, y te está llamando.»
29Cuando ella escucho esto, se levantó rápidamente y fue donde Él. 30Jesús aún no había llegado a la villa, sino que estaba en el sitio en el que Marta lo había encontrado. 31Entonces cuando los Judíos que estaba con ella en la casa, y que la consolaba, vieron que Maria se levantaba rápidamente y salia, la siguieron, diciendo, «Va a la tumba a llorara allí.» 32Entonces cuando Maria fue donde Jesús estaba, y lo vio, cayó a sus pies, diciéndole, «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto.»
33Cuando Jesús la vio llorando, junto con los Judíos que venían llorando con ella, suspiró en el espíritu, se conmovió, 34y dijo, «¿Donde lo han dejado?»
Le dijeron, «Señor, ven y mira.»
36Entonces los Judíos dijeron, «¡Miren cuanto afecto tenía por él!» 37Algunos de ellos dijeron, «¿No podría este hombre, que abrió los ojos del que estaba ciego, también haber evitado que este hombre muriera?»
38Jesús entonces, nuevamente suspirando en su interior, fue a la tumba, que estaba tapada con una piedra. 39Jesús dijo, «Retiren la piedra.»
Marta, la hermana del que estaba muerto, le dijo, «Señor, en este momento debe oler mal, porque lleva cuatro días muerto.»
40Jesús le dijo, «¿No te dije que si creías, verías la gloria de Dios?»
41Así que corrieron la piedra del sitio donde el muerto yacía. Jesús levantó sus ojos, y dijo, «Padre, te agradezco por haberme escuchado. 42Se que siempre me escuchas, pero a causa de la multitud que me rodea digo esto, para que puedan creer que Tu me enviaste.» 43Después de decir esto, grito con fuerte voz, «¡Lázaro, sal!»
44El que había estado muerto salió, con manos y pies envueltas en vendas y su rostro envuelto en tela.
Jesús les dijo, «Libérenlo, y permítanle andar.»
45Así que muchos de los Judíos que fueron donde María y vieron lo que Jesús hizo, creyeron en Él. 46Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos, y les contaron lo que habían hecho Jesús. 47Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos se reunieron en un consejo y dijeron, «¿Que vamos a hacer? Pues este hombre hace muchas señales. 48Si lo dejamos sólo así, todos creerán en Él, y los romanos vendrán y nos arrebatarán tanto nuestro sitio[133] como nuestra nación.»
49Pero uno de ellos, Caifás, siendo el sumo sacerdote ese año, les dijo, «No saben nada, 50ni consideran que es ventajoso para nosotros[134] que un hombre muera por la gente, para que la nación entera no perezca.» 51Él no hablaba por si mismo, sino que siendo sumo sacerdote ese año, profetizaba[135] que Jesús moriría por la nación, 52y no solamente por la nación, sino que agruparía en uno a los hijos de Dios que están dispersos. 53Así que desde ese día decidieron que lo matarían. 54Entonces Jesús no volvió a caminar abiertamente entre los Judíos, sino que salió de allí a una tierra cercana en el desierto, a una ciudad llamada Efraín. Allí se quedó con sus discípulos.
55Ocurrió que la pascua de los judíos estaba cerca. Muchos fueron de los campos a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse. 56Buscaban a Jesús y se decían unos a otros, mientras estaban en el templo, «Qué piensas, ¿Será que viene a la fiesta?» 57Los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían ordenado que si alguno sabía donde estaba Él, debía reportarlo, para poder capturarlo.
1Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y fue resucitado de la muerte. 2Así que le hicieron una cena allí. Marta sirvió, mientras Lázaro era uno de los que se sentaron a la mesa con Él. 3María, entonces tomó una libra[136] de ungüento de nardo puro, muy costoso, y ungió los pies de Jesús, y seco los pies con su cabello. La casa se llenó de la fragancia del ungüento. 4Entonces Judas Iscariote, el hijo de Simón, uno de sus discípulos, quien lo traicionaría, dijo, 5«¿Por qué no fue vendido este ungüento por trescientos denarios[137], para darlo a los pobres?» 6Dijo esto, no porque le importaran los pobres, sino porque era un ladrón, y teniendo la caja del dinero, solía robar lo que allí se ponía. 7Pero Jesús le dijo, «Déjala en paz. Ella ha guardado esto para el día de mi entierro. 8Porque siempre tendrán a los pobres con ustedes, pero no siempre me tendrán a mí.»
9Entonces una gran multitud de los judíos se enteró de que Él estaba allí y fueron, no solo por Jesús sino porque de pronto podrían ver a Lázaro a quien Jesús había resucitado de la muerte. 10Pero los jefes de los sacerdotes conspiraban para asesinar también a Lázaro, 11porque por él muchos de los judíos se separaron y creyeron en Jesús.
12Al día siguiente una gran multitud fue a la fiesta. Cuando escucharon que Jesús iba hacia Jerusalén, 13tomaron ramas de las palmeras, y salieron a encontrarlo, gritando, «!Hosanna! !Bendito es el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!»
14Jesús, habiendo encontrado un burro joven, se sentó en este. Como está escrito, 15«No te asustes, hija de Sión[138]. Observa, tu Rey viene, sentado sobre un burro joven.» 16Sus discípulos no entendieron estas cosas al comienzo, pero cuando Jesús fue glorificado, recordaron que estas cosas estaban escritas sobre Él, y que ellos habían hecho esto[139]. 17La multitud que había estado con Él cuando llamó a Lázaro para que saliera de la tumba y lo resucitó de la muerte, estaba dando testimonio de esto. 18También por esta razón mucha gente fue a encontrarlo, porque habían escuchado que Él había realizado tal señal. 19Los Fariseos entonces se dijeron entre ellos, «Miren como no han logrado nada. Observen, el mundo vas tras Él.»
20Ocurrió que había algunos griegos[140] entre la gente que habían ido a alabar durante la fiesta. 21Estos, entonces, fueron donde Felipe, quien era de Betsaida de Galilea, y le pidieron «Señor, queremos ver a Jesús.» 22Felipe fue y le contó a Andrés y él fue con Felipe a contárselo a Jesús. 23Jesús les contestó, «El tiempo para que el hijo del hombre sea glorificado ha llegado. 24Yo les aseguro, a no ser que un grano de trigo caiga en la tierra y muera, permanecerá solo. Pero si muere da muchos frutos. 25Aquel que ama su vida la perderá. Quien odia su vida en este mundo la mantendrá hasta la vida eterna. 26Si alguno me sirve, que me siga. Donde yo este, estará el que me sirva. Si alguno me sirve el Padre lo honrará.
27«Ahora mi alma está perturbada. ¿Qué debo decir `Padre, sálvame de este momento?´ Pero por esta causa llegue a este momento. 28¡Padre, glorifica tu nombre!»
Entonces vino una voz del cielo diciendo, «Yo lo he glorificado y lo glorificaré de nuevo.»
29La multitud que estaba allí y la escuchó dijo que había tronado. Otros dijeron, «Un ángel le ha hablado.»
30Jesús contestó,«Esta voz no ha venido por mi causa sino por la de ustedes. 31Ahora es el juicio de este mundo. Ahora el príncipe de este mundo será expulsado. 32Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mi.» 33Pero él dijo esto, refiriéndose a la forma de su muerte. 34La multitud le contestó, «Hemos escuchado de la ley que el Cristo[141] permanece para siempre. ¿Cómo dices que `El Hijo del Hombre debe ser levantado?´ ¿Quién es este Hijo del Hombre?»
35Entonces Jesús les dijo,«La luz aún estará con ustedes un poco más. Caminen mientras tengan la luz, para que la oscuridad no los sorprenda. Aquel que camina en la oscuridad no sabe a donde va. 36Mientras tengan la luz crean en ella, para que puedan convertirse en niños de la luz[142].» Jesús dijo estas cosas, se alejó y se escondió de ellos. 37Pero aunque Él había hecho tantas señales ante ellos, ellos aún no creían en Él, 38pues la palabra del profeta Isaías se tenía que cumplir, él dijo
«Señor, ¿quién ha creído nuestro reporte?¿A quién ha sido revelado el brazo del Señor?»
39Por esta razón no podían creer, pues Isaías también dijo,
41Isaías dijo estas cosas cuando vio su gloria[145] y habló de Él. 42A pesar de esto muchos de los dirigentes creyeron en Él, pero por los fariseos no lo confesaban para no ser expulsados de las sinagogas, 43pues amaban mas la honra dada por los hombres que la dada por Dios.
44Jesús grito y dijo,«Quien crea en mí, no cree en mí[146] sino en el que me envió. 45El que me ve, ve al que me envió. 46He venido como una luz al mundo, para que el que crea en mi no permanezca en la oscuridad. 47Si alguien escucha mis palabras y no cree, no lo juzgo. Pues yo no vine a juzgar al mundo sino a salvarlo. 48Aquel que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue. La misma palabra que yo hablé lo juzgarán en el último día. 49Pues yo no hablé por mi cuenta, sino que el Padre que me mandó, me ordenó lo que debería decir y hablar[147]. 50Yo se que su mandamiento es vida eterna. Por esto las cosas que yo hablo las digo tal como el Padre me lo ha indicado.»
1Era antes de la fiesta de la pascua, Jesús sabía que su hora había llegado, que partiría de este mundo hacia el Padre, habiendo amado a los suyos de este mundo, y amándolos hasta el final. 2Después de la cena, el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, el hijo de Simón, que lo traicionaría, 3Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos[148], y que venía de Dios e iba hacia Dios, 4se levantó de la mesa, puso a un lado su vestido. Tomó una toalla, y la envolvió alrededor de su cintura. 5Entonces vertió agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos[149], y a secarlos con la toalla que llevaba. 6Entonces llego a Simón Pedro. Él le dijo, «¿Señor, lavas mis pies?»
7Jesús le contestó, «No sabes lo que hago ahora, pero lo entenderás después.»
8Pedro le dijo, «¡Nunca lavarás mis pies!»
Jesús le contestó, «Si no lavo tus pies, no tomarás parte conmigo.»
9Simón Pedro le dijo, «¡Señor, en ese caso[150] no sólo mis pies, sino que también mis manos y mi cabeza!»
10Jesús le dijo, «Quien se ha bañado sólo necesita que se laven sus pies, para quedar completamente limpio. Tu estás limpio, pero no todos ustedes.» 11Porque Él conocía al que lo traicionaría, entonces dijo, «No todos ustedes están limpios.» 12Después de haber lavado su pies, se puso su abrigo, se sentó de nuevo y les dijo«¿Saben lo que les he hecho? 13Me llaman, `Maestro´ y `Señor.´ Lo dicen correctamente pues eso soy. 14Entonces si yo, el Señor y el Maestro, he lavado sus pies, ustedes también deberían lavárselos unos a otros. 15Pues les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan tal como les he hecho. 16Con seguridad les digo, un sirviente no es más grande que su señor, ni el que es enviado es más grande que quien lo envió. 17Si saben estas cosas, benditos son si las hacen. 18No hablo con respecto a todos ustedes. Conozco a quienes he escogido. Pero para que la escritura se cumpla, `Aquel que come pan conmigo ha levantado el talón contra mí[151].´ 19Desde ahora, antes de que ocurra se los digo, para que cuando ocurra ustedes puedan creer que YO SOY. 20Con seguridad les digo, aquel que recibe a cualquiera que yo haya enviado; me recibe a mí; y aquel que me recibe a mí, recibe al que me envió.»
21Mientras Jesús decía esto, su espíritu se perturbó, y dio testimonio, «Con seguridad les digo que uno de ustedes me traicionará.»
22Los discípulos se miraron unos a otros, preguntándose sobre quién hablaba. 23Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba en la mesa, inclinado contra el pecho de Jesús[152]. 24Entonces por señas[153], Simón Pedro le dijo, «Dinos quien es aquel de quien Él habla.»
25Inclinándose de nuevo como estaba, sobre el pecho de Jesús[154] le preguntó, «Señor, ¿Quién es?»
26Entonces Jesús le contestó, «Es aquel a quien yo de este pedazo de pan después de remojarlo.» Así que cuando había remojado el pedazo de pan, se lo entregó a Judas, el hijo de Simón Iscariote. 27Entonces, después de recibir[155] el pedazo de pan, satán entró en él.
Entonces Jesús le dijo, «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.»
28Ninguno de la mesa sabía porque le decía esto. 29Cómo Judas tenía la caja del dinero, algunos pensaron que Jesús le decía «Compra las cosas que necesitamos para la fiesta,» o que debería dar algo a los pobres. 30Entonces, habiendo recibido el pedazo de pan, salió de inmediato. Era de noche.
31Cuando se había ido, Jesús dijo, «Ahora el Hijo del Hombre ha sido glorificado[156], y Dios ha sido glorificado en Él. 32Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también lo glorificará en si mismo, y lo glorificará de inmediato. 33Niñitos, estaré con usted un poco más. Me buscarán, y como le dije a los Judíos, `A donde voy ustedes no pueden ir,´ así que ahora les digo. 34Les doy un nuevo mandamiento, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; que así se amen unos a otros. 35Por esto todos sabrán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor unos por otros.»
36Simón Pedro le dijo, «Señor, ¿A donde vas?»
Jesús le contestó «A donde voy, no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después[157].»
37Pedro le dijo, «Señor, ¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti.»
38Jesús le contestó, «¿Darás tu vida por mi? Con seguridad te digo, el gallo no habrá cantado tres veces sino hasta que me hayas negado tres veces.
1«Que tu[158] su corazón no se angustie. Cree en Dios. Cree también en mí. 2En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo te lo diría. Voy a preparar un lugar para ti. 3Si yo voy y preparo un lugar para ti, volveré y te recibiré yo mismo; para que donde yo este, ustedes también puedan estar. 4Ustedes saben a donde voy y conocen el camino.»
5Tomás le dijo, «Señor no sabemos a donde vas. ¿Cómo podríamos saber el camino?»
6Jesús le dijo, «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, excepto a través de mi. 7Si ustedes me hubieran conocido, habrían conocido a mi Padre también. Desde ahora, ustedes lo conocen, y lo han visto.»
8Felipe le dijo, «Señor, muestranos al Padre, y eso será suficiente para nosotros.»
9Jesús le dijo, «He estado con ustedes tanto tiempo, ¿Y no me conoces, Felipe? Aquél que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo es que dices, `Muestranos al Padre?´ 10¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que les digo, no las digo por mi mismo; sino mi Padre quien vive en mí que hace sus obras. 11Creánme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; o en otro caso creánme por causa de las obras. 12Con seguridad les digo, aquel que crea en mí, en las obras que hago, también hará; y hará obras más grandes que estas, porque yo voy a mi Padre. 13Cualquier cosa que pidan en mi nombre, eso haré, para que el Padre pueda ser glorificado en el Hijo. 14Si piden algo en mi nombre, eso haré. 15Si me aman, sigan mis mandamientos. 16Yo oraré al Padre, y Él les dará otro Consejero[159] que podrá estar con ustedes por siempre, 17el Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir; porque no lo ha visto[160], ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque vive con ustedes, y estará en ustedes. 18No los dejaré huérfanos. Vendré a ustedes[161]. 19Un corto tiempo más, y el mundo no me verá más; pero ustedes me verán. Porque yo vivo, ustedes vivirán también. 20Ese día ustedes sabrán que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes. 21Aquel que tenga mis mandamientos y los siga, esa persona es quien me ama. Quien me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me revelaré ante él.»
22Judas (no Iscariote) le dijo, «Señor, ¿Qué ha pasado, para que te reveles a nosotros, pero no al mundo?»
23Jesús le contestó, «Si alguien me ama, Mi Padre lo amará, y nosotros iremos a él, y haremos nuestra casa con él[162]. 24Quien no me ama, no sigue mis palabras. La voz que ustedes oyen no es la mía, sino del Padre que me envió. 25Les he dicho estas cosas mientras aún estoy viviendo con ustedes. 26Pero el Consejero[163], el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombré, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho. 27Dejo Paz en ustedes. Les doy mi Paz; se las doy no como el mundo la da. No dejen que sus corazones se angustien, ni tengan miedo[164]. 28Ustedes escucharon que les dije, `Me voy, y vendré a ustedes.´ Si ustedes me amaran, ustedes se regocijarían, porque dije `Voy al Padre;´ pues el Padre es más grande que Yo. 29Les he dicho esto antes de que ocurra, para que cuando ocurra, ustedes puedan creer. 30No hablaré mucho más con ustedes, porque el príncipe del mundo viene, pero él no tiene nada en mí[165]. 31Pero que el mundo sepa que amo al Padre, y el Padre me ha ordenado, y así obró. Levantémonos, vámonos de aquí.
1«Soy la verdadera vid[166], y mi Padre es el sembrador. 2Toda rama de mi que no da fruto, Él la retira. Toda rama que da fruto, Él la poda[167] para que pueda dar más frutos. 3Ustedes ya están podados por la palabra que les he dicho. 4Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como la rama no puede dar fruto por si misma, a menos que permanezca en la vid, así ustedes tampoco pueden, a menos que permanezcan en mí. 5Soy la vid. Ustedes son las ramas. Quien permanezca en mí, y yo en él, dará muchos frutos, porque apartados de mí ustedes no pueden hacer nada. 6Si alguien no permanece en mí, será arrojado como una rama seca[168]; y los recogerán, los arrojarán al fuego y arderán[169]. 7Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes[170], pidan cualquier cosa que deseen, y se les realizará.
8«En esto se da gloria a mi Padre, que ustedes den muchos frutos; y que así sean mis discípulos. 9Así como mi Padre me ha amado, así también los he amado. Mantenganse en mi amor. 10Si siguen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; tal como yo he seguido los mandamientos de mi Padre, y me mantengo en su amor. 11Les he dicho estas cosas, para que la felicidad perdure en ustedes, y para que su felicidad pueda ser completa.
12«Este es mi mandamiento, que se amen unos a otros, como yo los he amado. 13Nadie puede tener más amor, que quien entrega su vida por sus amigos. 14Ustedes son mis amigos, si hacen cualquier cosa que les ordene. 15No los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que su señor hace. Sino que los he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi padre, se los he dado a conocer. 16Ustedes no me escogieron, sino que yo los escogí, para que fueran y dieran fruto, y para que su fruto se mantuviera; para que el Padre pueda darles cualquier cosa que pidan en mi nombre.
17«Les ordeno esto, que se amen unos a otros. 18Si el mundo los odia, sepan que a mí me ha odiado antes que a ustedes. 19Si fueran del mundo, el mundo amaría a los suyos. Pero como no son del mundo, porque yo los he elegido fuera del mundo[171], entonces el mundo los odia. 20Recuerden la palabra que les dije: `Un siervo no es más grande que su señor.´ Si me persiguieron, también los perseguirán. Los que sigan mi palabra, también seguirán la de ustedes. 21Pero todas estas cosas se las harán por causa de mi nombre, porque no conocen a quien me envió. 22Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, ellos no habrían pecado; pero ahora no tienen excusa para su pecado. 23Aquel que me odia a mí, odia a mi Padre también. 24Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que nadie más hizo, no habrían pecado. Pero ahora que han visto, también nos han odiado al Padre y a mí. 25Pero esto ha ocurrido para que la palabra que estaba escrita en su ley se cumpliera, `Me odiaron sin causa alguna.´
26«Cuando venga el Consejero , el espíritu de la Verdad que procede del Padre, a quien les enviaré desde el Padre, Él dará testimonio sobre mí. 27Ustedes también darán testimonio, porque han estado conmigo desde el comienzo.
1«Les he dicho estas cosas, para que no tropiecen[172]. 2Los sacarán de las sinagogas. Sí, vendrá el tiempo en el que cualquiera que los mate, pensará que ofrece un servicio a Dios. 3Harán estas cosas[173] porque no han conocido ni al Padre, ni a mí. 4Pero les he dicho estas cosas, para que cuando llegue el tiempo, puedan recordar que se las había dicho. No les dije estas cosas desde el comienzo, porque estaba con ustedes. 5Pero ahora me voy donde aquel que me envió, ¿Ninguno de ustedes me pregunta, `A donde vas?´ 6Como les he dicho estas cosas, la preocupación ha embargado sus corazones. 7Sin embargo les digo la verdad: Es ventaja para ustedes que yo me vaya, porque si yo no me fuera, el Consejero no vendría a ustedes. Pero si me voy, se los enviaré. 8Cuando venga, condenará[174] al mundo por el pecado, por la rectitud y por el juicio; 9por el pecado, porque no creen en mí; 10por la rectitud, porque voy al Padre y no me verán más; 11por el juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado[175].
12«Tengo aún muchas cosas por decirles, pero ustedes no pueden soportarlas ahora. 13Pero cuando Él, el Espíritu de la Verdad, haya venido, Él los guiará a la verdad completa, porque no hablará por si mismo; sino que el hablará todo lo que escuche. Él les declarará cosas que vendrán. 14Él me glorificará, porque tomará de lo que es mio, y se los declara. 15Todas las cosas que el Padre tiene son mías; por esto les dije que Él toma[176] de lo que es mio, y se los declarará. 16Un poco más, y ya no me verán. Otro poco más y me verán[177].»
17Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros, «¿Qué es esto que Él nos dice, `Un poco más y ya no me verán. Otro poco más y me verán;´ y `Porque voy al Padre?´» 18Entonces dijeron, «¿Que es esto que dice, `Un poco más?´ No sabemos de lo que habla.»
19Entonces Jesús percibió que ellos querían preguntarle, y les dijo, «¿Se preguntan entre ustedes sobre esto, que les he dicho, `Un poco más, y ya no me verán. Otro poco más y me verán?´ 20Yo les aseguro, que llorarán y se lamentarán pero el mundo se alegrará. Estarán tristes pero su tristeza se convertirá en alegría. 21Una mujer cuando da a luz siente preocupación porque ha llegado su hora. Pero cuando ha traído al niño, no recuerda su angustia, por la alegría del nacimiento de un ser humano en el mundo. 22Entonces ustedes ahora sienten preocupación, pero los veré de nuevo, y sus corazones se alegrarán, y nadie les podrá quitar la felicidad.
23«Ese día no me harán preguntas. Con seguridad les digo, cualquier cosa que pidan al Padre en mi nombre, Él se la dará. 24Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan, y recibirán, para que su felicidad pueda ser completa. 25Les he dicho estas cosas en parábolas[178]. Pero se acerca el tiempo en el que no les hablaré más con parábolas, sino que les hablaré directamente sobre el Padre. 26En ese día, pedirán en mi nombre; y no les diré que oraré al Padre por ustedes, 27pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado, y han creído que vine de Dios. 28He venido del Padre[179], y he venido al mundo. De nuevo dejo el mundo y voy al Padre.»
29Sus discípulos le dijeron, «Observa, ahora hablas directamente, y no hablas con parábolas. 30Ahora sabemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que tu has venido del Padre.»
31Jesús les contestó, «¿Ahora creen? 32Observen, la hora se acerca, sí, ha llego, cuando ustedes se dispersarán, cada uno a su propio sitio, y me dejarán sólo. Pero no estoy sólo porque el Padre está conmigo. 33Les he dicho estas cosas, para que puedan tener paz en mí[180]. En el mundo tienen opresión, ¡Pero anímense! He conquistado el mundo.»
1Jesús dijo estas cosas, y levantando los ojos al cielo dijo, «Padre el momento ha llegado. Glorifica a tu Hijo, que tu Hijo también te pueda glorificar; 2así como le diste autoridad sobre toda carne, Él dará vida eterna a todos los que le has dado. 3Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti el único y verdadero Dios, y a aquel a quien enviaste, Jesús Cristo. 4Yo te glorifique en la tierra. He logrado la labor que me has puesto. 5Ahora Padre, glorifícame contigo mismo, con la gloria que yo tenía antes de que el mundo existiera. 6Yo le revelé tu nombre a las personas que me has dado del mundo. Eran tuyos y me los has dado a mí. Ellos le han hecho caso a tu palabra. 7Ahora ellos saben que todas las cosas que me has dado vienen de ti[181], 8pues las palabras que me has dado se las he dado a ellos, y ellos las recibieron, y se aseguraron de que yo venía de ti, y han creído que tu me has enviado. 9Rezo por ellos. No rezo por el mundo sino por aquellos que me has dado, pues ellos son tuyos. 10Todas las cosas que son mías son tuyas, y las tuyas son mías, y yo estoy glorificado en ellas. 11Yo no seguiré en el mundo pero ellos si, yo voy a ti. Padre Santo, cuídalos en tu nombre el cual me has dado a mí, que sean uno así como nosotros lo somos. 12Mientras que estaba en el mundo con ellos los mantuve en tu nombre. Los que me has dado los he mantenido. Ninguno está perdido, excepto el hijo de la destrucción, para que la escritura se cumpliera. 13Pero ahora voy a Ti, y digo estas cosas en el mundo, para que puedan completar en ellos mi felicidad[182]. 14Les he dado tu palabra. El mundo los ha odiado, porque no son del mundo, así como yo no soy del mundo. 15No oro para que los saques del mundo, sino para que los cuides del maligno. 16No son del mundo así como yo tampoco soy del mundo. 17Santifícalos[183] en tu verdad. Tu palabra es verdad. 18Tal como me enviaste al mundo, así los he enviado a ellos al mundo. 19Por su causa me santifico a mi mismo, para que ellos mismos puedan ser santificados en la verdad. 20No sólo por ellos oro, sino también por aquellos que creen en mí por medio de su palabra, 21que todos puedan ser uno; así como tu, Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos también puedan ser uno en nosotros; para que el mundo pueda creer que tu me enviaste. 22La gloria que me has dado, se las he dado a ellos; para que puedan ser uno, así como nosotros somos uno; 23Yo en ellos, y tu en mí, para que puedan ser perfeccionados en uno; que el mundo pueda saber que tu me enviaste, y que los amaste, así como me amaste. 24Padre, también deseo que aquellos que me has dado, estén conmigo donde yo este, que puedan ver mi gloria, la cual tu me has dado, porque me amabas desde antes de la fundación del mundo. 25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocía; y ellos supieron que tu me enviaste. 26Les he dado a conocer tu nombre, y lo haré conocido; para que el amor con el que me has amado pueda estar en ellos, y yo en ellos.»
1Cuando Jesús había dicho estas palabras, paso con sus discípulos sobre el puente Cedrón, donde había un jardín, al cual Él y sus discípulos entraron. 2Ocurrió que Judas, quien lo traicionó, también conocía el lugar, porque Jesús lo frecuentaba con sus discípulos. 3Entonces Judas, habiendo tomado una tropa de soldados y oficiales de los sacerdotes jefes y de los fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas. 4Jesús, sabiendo todas las cosas que le ocurrirían, avanzó y les dijo, «¿A quién buscan?»
5Le contestaron, «A Jesús de Nazaret.»
Jesús les dijo, «YO SOY.»
También Judas, quien lo traicionó, estaba con ellos. 6Y cuando Él les dijo «YO SOY», retrocedieron y cayeron al piso.
7De nuevo les pregunto Jesús, «¿A quién buscan?»
Ellos dijeron, «Jesús de Nazaret.»
8Jesús les dijo, «Ya les dije que YO SOY. Entonces si me buscan a mí, dejen que estos sigan su camino,» 9para que se cumpliera la palabra[184] que dice, «De aquellos que me has dado, no he perdido ninguno.»
10Entonces Simón Pedro, quien tenía una espada, la sacó, y le dio al siervo del sumo sacerdote, cortando su oreja derecha. El nombre del siervo era Malco. 11Entonces Jesús le dijo a Pedro, «Pon la espada en su funda. ¿Acaso no debo beber la copa que el Padre me ha dado?»
12Entonces los soldados, el oficial a cargo y los oficiales de los judíos, apresaron a Jesús, lo ataron, 13y lo condujeron primero donde Anás, pues él era el suegro de Caifás, quien era el sumo sacerdote aquel año. 14Fue Caifás quien aconsejó a los Judíos que era apropiado que muriera un hombre por la gente. 15Simón Pedro siguió a Jesús, así como otro discípulo. Ocurría que ese discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró junto con Jesús a la corte del sumo sacerdote; 16pero Pedro permaneció afuera junto a la puerta. El otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, salió y habló a la que cuidaba la puerta, e hizo entrar a Pedro. 17Entonces la empleada que cuidaba la puerta le dijo a Pedro, «¿Eres también uno de los discípulos de ese hombre?»
Él dijo, «No lo soy.»
18Los siervos y los oficiales estaba allí, pues habían hecho un fuego de carbón porque hacia frío, y permanecían allí calentándose. Pedro estaba con ellos y se calentaba. 19Entonces, el sumo sacerdote le preguntó a Jesús sobre sus discípulos y sobre su enseñanza. 20Jesús le contestó, «Hablé abiertamente al mundo. Siempre enseñe en las sinagogas, y en el templo, donde los judíos siempre se reúnen. No dije nada en secreto. 21¿Por qué me preguntas? Pregúntale a quienes han oído lo que les he dicho. Ellos saben las cosas que he dicho.»
22Cuando dijo esto, uno de los oficiales se levantó y le dio una bofetada a Jesús con su mano, diciendo, «¿Le respondes al sumo sacerdote así?»
23Jesús le contestó, «Si he hablado mal, doy testimonio del mal[185]; pero si lo hice bien ¿Por qué me golpeas?
24Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. 25Simón Pedro se quedo allí y se calentaba. Entonces le dijeron, «Tu no eres uno de sus discípulos, ¿Lo eres?»
Él lo negó, y dijo, «No lo soy.»
26Uno de los siervos del sumo sacerdote, siendo pariente de aquel a quien Pero había cortado la oreja, dijo, «¿No te vi en el jardín con Él?»
27Entonces Pedro lo negó de nuevo, y de inmediato el gallo cantó.
28Llevaron a Jesús de donde Caifás a la tienda del Pretor. Era temprano, y ellos mismos no entraron a la tienda, para no quedar impuros, y poder comer la pascua. 29Pilato entonces fue donde ellos, y les dijo, «¿Qué acusación traen contra este hombre?
30Le contestaron, «Si este hombre no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»
31Pilato entonces les dijo, «Tómenlo ustedes, y júzguenlo de acuerdo a su ley.»
Entonces los judíos le dijeron, «No es legal para nosotros condenar a muerte a alguien, » 32para que la palabra de Jesús se pudiera cumplir, la que dijo, señalando la clase de muerte que tendría.
33Pilato entonces entró de nuevo a la tienda, llamó a Jesús, y le dijo, «¿Eres el Rey de los Judíos?»
34Jesús le contestó, «¿Dices esto por ti mismo, o otros te hablaron de mí?»
35Pilato respondió, «No soy Judío, ¿Acaso lo soy? Tu propia nación y los jefes de los sacerdotes te han enviado a mí. ¿Qué has hecho?»
36Jesús le contestó, «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuero de este mundo, mis siervos pelearían, para que yo no fuera entregado a los Judíos. Pero ocurre que mi Reino no es de aquí.»
37Pilato entonces le dijo, «¿Entonces eres un rey?»
Jesús le contestó, «Dices que soy un rey. Por esta razón he nacido, y por esta razón he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad escucha mi voz.»
38Pilato le dijo, «¿Qué es la verdad?»
Después de haber dicho esto, fue de nuevo donde los judíos, y les dijo, «No encuentro bases para condenarlo. 39Pero ustedes tienen una costumbre, que yo les libere a alguien en la Pascua. Entonces ¿Quieren que les libere al Rey de los Judíos?»
40Entonces todos gritaron, diciendo, «¡No a este hombre, sino a Barrabás!» Ocurría que Barrabás era un ladrón.
1Así que Pilato tomó a Jesús[186], y lo flageló. 2Los soldados trenzaron espinas en una corona, la pusieron sobre su cabeza y lo vistieron con un manto púrpura. 3Se mantenían diciendo, «!Salve, Rey de los Judíos¡» y golpeándolo.
4Entonces Pilato salió de nuevo, y les dijo, «Observen, se los traigo, para que sepan que no encuentro bases para condenarlo.»
5Entonces Jesús salió, llevando el manto púrpura y la corona de espinas. Pilato les dijo, «¡Observen, al hombre!»
6Entonces cuando los jefes de los sacerdotes y los oficiales lo vieron, gritaron diciendo, «¡Crucifícalo¡ ¡Crucifícalo!»
Pilato les dijo, «Tómenlo ustedes mismos, y crucifíquenlo, porque no encuentro bases para condenarlo.»
7Los judíos le contestaron, «Tenemos una ley, y de acuerdo a nuestra ley, Él debe morir, porque se ha creído el Hijo de Dios.»
8Entonces cuando Pilato escuchó esto, se asustó más. 9Entró a la tienda de nuevo, y le dijo a Jesús, «¿De donde eres?» Pero Jesús no le respondió. 10Pilato entonces le dijo, «¿No me estás hablando? ¿No sabes que tengo el poder para liberarte, y tengo el poder para crucificarte?»
11Jesús le contestó, «No tendrías poder alguno contra mí, si no te hubiera sido dado desde arriba[187]. Así que quien me ha entregado a ti tiene mayor pecado.»
12Tras esto, Pilato buscaba liberarlo, pero los Judíos gritaron diciendo, «¡Si liberas a este hombre, no eres amigo del Cesar! ¡Cualquiera que se crea rey habla contra el Cesar!»
13Entonces cuando Pilato escuchó estas palabras, sacó a Jesús, se sentó en la silla del juez en un lugar llamado «El Pavimento[188],» en Hebreo «Gabbatha.» 14Era el día de la preparación de la Pascua, era cerca de la sexta hora.[189]Le dijo a los Judíos, «¡Observen a su Rey!»
15Gritaron, «¡Lejos con Él!, ¡Lejos con Él! ¡Crucifícalo¡»
Pilato les dijo, «¿Debo crucificar a su Rey?»
Los jefes de los sacerdotes contestaron, «¡No tenemos más rey que al Cesar!»
16Así que se los entregó para que fuera crucificado. Tomaron a Jesús y lo sacaron. 17Salió, cargando su cruz, a un lugar llamado «El sitio de la calavera,» que en Hebreo es llamado, «Gólgota,» 18donde lo crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en el medio. 19Pilato también escribió un título y lo puso sobre la cruz. Decía, «JESÚS DE NAZARET, EL REY DE LOS JUDÍOS.» 20Entonces muchos de los Judíos leyeron este título, pues el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca a la ciudad; y estaba escrito en hebreo, latín y griego. 21Los jefes de los sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato, «No escribas, `El rey de los judíos,´ sino `dijo, soy el rey de los Judíos.´»
22Pilato contestó, «Lo que he escrito, escrito está.»
23Entonces los soldados, cuando habían crucificado a Jesús, tomaron su ropa, hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y también la túnica. La túnica no tenía junturas, era tejida desde la parte de arriba. 24Entonces se dijeron unos a otros, «No lo dividamos, hagamos un sorteo para decidir de quien será,» para que se cumplieran las Escrituras, que dicen,
«Repartieron mi ropa entre ellos. Por mi túnica echaron suertes.»
Y esto fue lo que hicieron los soldados. 25Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Clofás y María Magdalena. 26Entonces cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo que amaba allí, le dijo a su madre, «¡Mujer, mira a tu hijo¡» 27Entonces le dijo al discípulo, «¡Observa a tu madre!» Desde esa hora, el discípulo la acogió en su casa.
28Después de esto, Jesús vio[190] que todo estaba hecho. Para que las escrituras pudieran completarse, dijo, «Estoy sediento.» 29Había allí un recipiente lleno de vinagre[191], así que pusieron una esponja llena de vinagre sobre un hisopo, y se la pusieron en la boca. 30Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo, «Está terminado[192].» Inclinó su cabeza, y entregó su espíritu.
31Entonces los Judíos, como era el día de la preparación, para que los cuerpos no permanecieran en la cruz el día sabático (pues el día sabático era especial), le pidieron a Pilato que rompiera sus piernas, y que pudieran ser retirados. 32Entonces los solados fueron y rompieron las piernas del primero, y del que estaba crucificado con él; 33pero cuando fueron donde Jesús, y vieron que ya estaba muerto, no rompieron sus piernas. 34Sin embargo uno de los soldados clavó su costado con una lanza, y de inmediato brotaron sangre y agua. 35Quien ha visto ha dado testimonio y su testimonio es cierto. Sabe que dice la verdad, para que ustedes pueda creer. 36Pues estas cosas ocurrieron para que las Escrituras pudieran cumplirse, «Ni uno de sus huesos será roto.» 37También otra Escritura dice, «Ellos mirarán a aquel que cortaron.»
38Después de esto, José de Arimatea, siendo discípulo de Jesús, en secreto por miedo a los judíos, le pidió a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato le dio permiso. Entonces fue y se llevó el cuerpo. 39Nicodemo, quien había ido donde Jesús en la noche, también fue con una mezcla de mirra y aloe, como cien libras[193]. 40Así que se llevaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en ropas de lino con la mezcla de hierbas de acuerdo a la costumbre judía para enterrar. 41En el lugar donde fue crucificado había un jardín. En el jardín había una tumba nueva donde ningún hombre había yacido antes. 42Entonces a causa del día de preparación de los judíos (pues la tumba estaba a mano) dejaron a Jesús allí.
1Ocurrió que el primer día de la semana, María Magdalena fue temprano a la tumba, mientras aún estaba oscuro y vio que la piedra había sido retirada de la tumba. 2Entonces corrió y fue donde Simón Pedro, y el otro discípulo a quién Jesús amaba, y les dijo, «¡Se han llevado al Señor de la tumba, y no sabemos[194] donde lo han dejado!»
3Entonces Pedro y el otro discípulo salieron, y fueron hacia la tumba. 4Ambos corrieron. El otro discípulo sobrepasó a Pedro, y llegó primero a la tumba. 5Deteniéndose y mirando,vio las ropas de lino allí, pero no entró. 6Entonces Simón Pedro llegó siguiéndolo, y entró a la tumba. Vio la ropa de lino 7y la que había tenido sobre su cabeza, enrollada en otro lugar, separada del resto de ropa. 8Entonces el otro discípulo que había llegado primero también entró a la tumba,vio y creyó. 9Pues hasta entonces no conocían la Escritura, de acuerdo a la cual, Él debía resucitar de entre los muertos. 10Entonces los discípulos fueron de nuevo a sus casas.
11Pero Maria se mantuvo fuera de la tumba llorando. Mientras lloraba, se arrodilló[195], miró en la tumba, 12y vio dos ángeles vestidos de blanco, uno a la cabeza y otro a los pies de donde había estado el cuerpo de Jesús. 13Le dijeron, «¿Mujer, por qué estás llorando?»
Ella les dijo, «Porque se han llevado a mi Señor, y no se donde lo han dejado.» 14Cuando había dicho esto, dio vuelta y vio a Jesús de pie, pero no supo que era Jesús.
15Jesús le dijo, «¿Mujer, por qué estás llorando? ¿A quién buscas?»
Ella, suponiendo que se trataba del jardinero, le dijo, «Señor, si te lo has llevado, dime donde lo has puesto, e iré a llevármelo.»
Ella se volteó y le dijo[196], «¡Rabuni!» que significa «¡Maestro!»
17Jesús le dijo, «No me toques[197], porque aún no he ascendido a mi Padre; pero ve donde mis hermanos a decirles, `Estoy ascendiendo a mi Padre y Padre de ustedes a mi Dios y Dios de ustedes.´»
18María Magdalena fue y le dijo a los discípulos que había visto al Señor, y que Él le había dicho estas cosas. 19Entonces cuando llegó la tarde, ese día, el primer día de la semana, y cuando las puertas del lugar donde estaban reunidos los discípulos estaban cerradas por temor a los judíos, Jesús llegó, apareció en medio de ellos, y les dijo, «La paz esté con ustedes.»
20Cuando les había dicho esto, les mostró sus manos y su costado. Entonces los discípulos se alegraron cuando vieron al Señor. 21Entonces Jesús les dijo de nuevo, «La paz esté con ustedes. Así como el Padre me ha enviado, así los envió yo.» 22Cuando había dicho esto, respiró sobre ellos, y les dijo, «¡Reciban al Espíritu Santo! 23Cualesquiera pecados que perdonen, esos son perdonados[198]. Cualesquiera pecados retengan, esos son retenidos.
24Pero Tomás, uno de los doce, llamado dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús llegó. 25Entonces los otros discípulos le dijeron, «¡Hemos visto al Señor!»
Pero él les dijo, «A menos que yo vea en sus manos la huella de los clavos, y ponga mi mano[199] en su costado, no creeré.»
26Después de ocho días sus discípulos estaban reunidos, y Tomás estaba con ellos. Jesús llegó, estando las puertas cerradas, apareció en el medio, y dijo, «La paz esté con ustedes.» 27Entonces le dijo a Tomás, «Acerca tu dedo, mira mis manos. Acerca tu mano, ponla en mi costado. No seas incrédulo, cree.»
28Tomás le contestó, «¡Mi Señor y mi Dios!»
29Jesús le dijo, «Porque me has visto [200], has creído. Benditos aquellos que no han visto, y han creído.»
30Entonces Jesús hizo muchas otras señales en la presencia de sus discípulos, que no se escriben en este libro; 31las que se escriben son para que tu puedas creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que creyendo, puedas tener vida en su nombre.
1Después de esto, Jesús se reveló nuevamente a sus discípulos en el lago de Tiberias. Él se reveló de esta forma. 2Simón Pedro, Tomás el llamado dídimo, Natanael de Cana en Galilea, los hijos de Cebedeo y otros dos discípulos estaban reunidos. 3Simón Pedro les dijo, «Voy a pescar.»
Ellos le dijeron, «También vamos contigo.» Salieron de inmediato y entraron al bote. Esa noche, no pescaron nada. 4Cuando llegó el día, Jesús estaba en la playa, aunque sus discípulos no reconocieron que era Él. 5Entonces Jesús les dijo, Niños, ¿Tienen algo para comer?
Ellos le contestaron, «No.»
6Él les dijo, «Arrojen la red a la derecha del bote, y encontrarán algunos.»
Entonces la arrojaron, y no fueron capaces de sacarla por la cantidad de peces. 7El discípulo al que Jesús amaba le dijo a Pedro, «¡Es el Señor!»
Así que cuando Simón Pedro escuchó que era el Señor, envolvió su saco a su alrededor (pues estaba desnudo), y se lanzó al mar[201]. 8Los demás discípulos fueron en el botecito (pues no estaban lejos de la tierra, sino como a doscientos codos[202] de distancia), jalando la red llena de peces. 9Así que cuando llegaron a tierra, encontraron fuego de carbones allí, y pescado puesto en estos, y pan. 10Jesús les dijo, «Traigan algo del pescado que han cogido.»
11Simón Pedro fue y sacó la red a tierra, llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres; y aún habiendo tantos, la red no se rompió.
12Jesús le dijo, «Vengan y desayunen.»
Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle «¿Quién eres?» sabiendo que era el Señor.
13Entonces Jesús tomó el pan, se los dio, y así mismo el pescado. 14Esta fue la tercera ocasión en la que Jesús se reveló a sus discípulos después de haberse levanto de la muerte. 15Cuando habían comido su desayuno, Jesús le dijo a Simón Pedro, «Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas más que estos?»
Él le dijo, «Si, Señor; sabes el afecto que siento por ti.»
Jesús le dijo, «Alimenta mis corderos[203].» 16Le dijo por segunda vez, «Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?»
Él le dijo, «Si, Señor; sabes el afecto que siento por ti.»
Él le dijo, «Cuida mis ovejas.» 17Le dijo por tercera vez, «Simón, hijo de Jonás, ¿Sientes afecto por mí?»
Pedro se afligió porque le preguntaba por tercera vez, «¿Me tienes afecto?» Él le dijo, «Señor, tu lo sabes todo. Sabes que te tengo afecto.»
Jesús le dijo, «Alimenta mis ovejas[204]. 18Con seguridad les digo, cuando eran jóvenes, se vestían por si mismos, y caminaban por donde querían. Pero que son viejos, estirarán sus manos y otro los vestirá, y los llevará a donde ustedes no quieren ir.»
19Dijo esto, queriendo decir con que clase de muerte le daría gloria a Dios. Después de decir esto, dijo «Sígueme.»
20Entonces Pedro, dándose vuelta,vio a un discípulo siguiéndolo. Este era el discípulo al que Jesús amaba sinceramente, el mismo que se había reclinado en el pecho de Jesús en la cena y le había preguntado, «¿Señor quien te va a traicionar?» 21Pedro al verlo, le dijo a Jesús, «Señor, ¿Qué respecto a este hombre?»
22Jesús le dijo, «Si yo deseo que se quede hasta que yo regrese, ¿Qué significa para ti? Tu sígueme. » 23Entonces entre los hermanos[205] empezó a decirse, que ese discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino que «Si yo deseo que se quede hasta que yo regrese, ¿Qué significa para ti?» 24Este es el discípulo que da testimonio sobre estas cosas, y que escribió estas cosas. Sabemos que su testimonio es cierto. 25Hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, si todas fueran escritas, supongo que no habría espacio suficiente en el mundo para los libros que se escribirían.
[1] Versión: 0.9. Damos gracias a Dios. Traducción basada especialmente en [WEB]. Los nombres en español han sido tomados de [DiosHablaHoy]. Algunos cambios en la traducción (anotados en pies de página) se basan en [DieBibel], [DiosHablaHoy], [Peshitta] y [Elberfelder]. Las comparaciones con [TR], [NU] y [MT] son tomadas de [WEB] y fueron realizadas por Michael Jhonson. Hasta el momento han colaborado traduciendo a español, comparando y corrigiendo: Melissa Giraldo y Vladimir Támara. Puede buscar una versión más actualizada en http://de.geocities.com/nuestroamigojesus/bdp o ayudar a mejorar esta traducción en la lista evangelios-dp a la que puede suscribirse en: http://groups.yahoo.com/group/evangelios-dp
[2] [Peshitta] dice `Miltha´ con nota al pie de página: `"Miltha" ... puede significar Palabra, Manifestación, Instancia o Substancia, entre muchas otras cosas.
[4] [DieBibel], [DiosHablaHoy], [Peshitta] y [Elberfelder] dicen `Al comienzo estaba con Dios.´
[5] La palabra traducida como «subyugó» (katelaben) también puede ser traducida «comprendido.» Se refiere a atrapar a un enemigo para acabar con él. [WEB], [Elberfelder] dicen `no la han subyugado,´ [Peshitta] dice `no la subyugó.´
[8] En [DiosHablaHoy] dice bendición tras bendición, [DieBibel] dice `clemencia tras clemencia,´ [Peshitta] dice `gracia a cuenta de gracia.´
[9] En [DiosHablaHoy] dice `El amor y la verdad.´
[11] [WEB] dice `que es preferido antes de mí,´ [Peshitta] dice `pero que está antes de mi,´ esta parte no aparece en [Elberfelder]
[12] En [DiosHablaHoy] dice `al oriente del Jordán,´ [Peshitta] dice `en el cruce del Jordán.´
[15] 4:00 PM.
[16] «Mesías» (Hebreo) y «Cristo» (Griego) ambos significan «El Ungido.» La aclaración `que se interpreta como Cristo´ no aparece en [Peshitta].
[17] En [WEB], [Peshitta] dice Jonás, [DiosHablaHoy] y en [DieBibel] dice Juan. En [DieBibel] hay un pie de página que dice que el padre de Pedro en todo el evangelio de Juan es llamado Juan, aunque es llamado Jonás en Mateo 16,17.
[18] [DieBibel] y [Elberfelder] dicen `piedra´ en lugar de `Pedro.´ La aclaración no aparece en [Peshitta], aunque está como pie de página.
[19] [Peshitta] dice en nota al pie `Beth-Saida literalmente significa "Casa/Lugar de pesca", está situada sobre el lago de Galilea.´
[20] [Elberfelder] dice sólo `conmigo.´
[21] La traducción `de acuerdo a la forma Judía de purificar´ concuerda con la de [DieBibel], aunque en [DiosHablaHoy] dice `para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación.´
[22] 2 a 3 metretes son entre 20 y 30 galones de EUA, 16 a 25 galones imperiales, o entre 75 y 115 litros.
[23] [Peshitta] y [Elberfelder] dicen `están ebrios.´
[24] De acuerdo al comentario en Mateo 12,35 de [DieBibel], "la palabras "hermano" y "hermana" por su uso en arameo, hebreo y griego, puede ser abreviación de familiar (e.g primo)".
[25] La palabra traducida como "de nuevo" aquí y en Juan 3,7 (anothen) también significa «otra vez» o «desde arriba.»
[26] La misma palabra griega (pneuma) significa viento, aliento y espíritu.
[30] [DieBibel] en lugar de `Ellos fueron para ser bautizados´ dice `La gente iba, para ser bautizada.´
[32] [DiosHablaHoy] dice `con un hijo.´
[33] [DiosHablaHoy] dice `al este del Jordán.´
[35] `que en verdad es Dios´ es tomada de [DieBibel] que concuerda con [Elberfelder], [WEB] y [Peshitta] dicen `que Dios es la verdad´ y [DiosHablaHoy] dice `que Dios dice la verdad.´
[36] En este contexto, la misma palabra puede traducirse como «desobedece» o «no cree.»
[37] En [DiosHablaHoy] dice `Los fariseos se enteraron de que Jesús tenía más seguidores y bautizaba más que Juan.´ El sentido es el mismo en [DieBibel], [WEB] y [Elberfelder].
[38] [Elberfelder] dice `un pozo de Jacob.´
[39] Medio día.
[41] En [DieBibel] dice `que regala vida eterna,´ en [DiosHablaHoy] dice `brotará en él como un manantial de vida eterna.´
[42] En [DiosHablaHoy] dice `llega la hora en la que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén.´
[43] [DieBibel] dice `porque así el Padre desea ser alabado,´ [DiosHablaHoy] dice lo mismo. Con la traducción escogida concuerdan [DieBibel], [Peshitta] y [Elberfelder].
[45] [Elberfelder] no dice `¿Qué estás buscando?.´
[47] [WEB] dice `cumplir su trabajo,´ [DieBibel], [Peshitta], [Elberfelder] y [DiosHablaHoy] dicen `completar su trabajo.´
[49] [Peshitta] y [WEB] dicen `el Cristo,´ ni [DieBibel], ni [DiosHablaHoy], ni [Elberfelder] lo dicen.
[50] En [DieBibel] y [Peshitta] dicen `servidor real.´ [DiosHablaHoy] dice `oficial del rey.´
[51] 1:00 P.M.
[52] [DiosHablaHoy] dice `toda su familia.´
[55] [DiosHablaHoy] en lugar de `Betesda´ dice `Betzata.´
[56] Ni [DieBibel] ni [DiosHablaHoy] agregan al final de 5,3 `que esperaban el movimiento del agua;´ ni la explicación en 5,4, aunque están en notas al pie de página. [DieBibel] dice que es una adición a los textos antiguos.
[57] El día sabático o de descanso era el sábado.
[59] En [DieBibel] y [Elberfelder] dicen `el Hijo del hombre,´ [Peshitta] dice `de hombre.´
[61] [WEB] y [Peshitta] dicen `Ustedes han enviado a Juan,´ [Elberfelder] dice `Ustedes han sido enviados a Juan.´
[63] [WEB] dice `en el que recibe gloria de otro,´ [DieBibel] dice `cuando ustedes reciben la gloria de otro?,´ [Peshitta] dice `que reciben gloria quienes se alaban unos a otros.´
[65] El original dice `mar.´
[68] En [DieBibel] dice `y los distribuyó a la gente,´ [Peshitta] y [Elberfelder] tienen el mismo sentido.
[70] En [WEB] y [Peshitta] dice al final `por si mismo,´ en [DieBibel] dice `solo,´ en [DiosHablaHoy] dice `a lo alto de la montaña para estar solo.´
[71] 25 a 30 estadios corresponden aproximadamente de 5 a 6 kilómetros o de 3 a 4 millas.
[72] En Griego y Hebreo se usa la misma palabra para «cielo», «los cielos», «el firmamento» y «el aire.»
[73] En [DieBibel] dice `que no los deje yacer en tierra,´ en [DiosHablaHoy] dice `que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado.´
[74] En [DiosHablaHoy] dice `que ha venido de Dios.´
[75] [Peshitta][WEB][Elberfelder][DieBibel][DiosHablaHoy]
[76] En [DiosHablaHoy] dice `que da vida.´
[77] [DieBibel] dice `Pero no es así con el pan que viene del cielo: Cuando alguien de este coma, no morirá.´
[78] [DiosHablaHoy] dice `vive unido a mí.´
[79] En [DiosHablaHoy] dice `Esto que dice es muy difícil de aceptar; ¿Quién puede hacerle caso?´
[80] [DiosHablaHoy] y [Peshitta] dicen `¿Esto los ofende?´
[81] [DiosHablaHoy] dice `el cuerpo no aprovecha
[82] [Elberfelder] y [DieBibel] dicen `tu eres Dios bendito,´ [Peshitta] , [WEB] y [DiosHablaHoy] dicen `el Cristo, el Hijo del Dios viviente.´
[83] Ver nota de pie de página de Juan 2,12.
[84] Tanto [DieBibel] como [DiosHablaHoy] dicen: aquel que quiere ser conocido no hace nada en secreto
[85] [DieBibel] dice `la escritura,´ [DiosHablaHoy] dice `Cómo sabe este tantas cosas.´
[86] [DieBibel] dice es `digno de confianza,´ [DiosHablaHoy] dice `dice la verdad.´
[88] [DieBibel] dice `por quien me envió, garanticen la verdad,´ [DiosHablaHoy] dice `vengo enviado por uno que es digno de confianza.´
[89] En [WEB] dice `dispersión.´ [DiosHablaHoy] dice `a los judíos que viven dispersos en el extranjero y a enseñar a los paganos.´ la traducción `diáspora´ es tomada de [DieBibel].
[91] [DiosHablaHoy] dice `del corazón del que cree en mí.´
[94] [DieBibel] dice `lee,´ [DiosHablaHoy] dice `estudia.´
[96] [Elberfelder] no dice `condenados por su conciencia.´
[97] [DieBibel] y [DiosHablaHoy] dice `¿Donde están?´
[99] [DiosHablaHoy] dice `Ustedes juzgan según los criterios humanos.´
[100] [DieBibel], [Elberfelder] y [Peshitta] dicen `Yo soy,´ [DiosHablaHoy] dice `Yo soy el que soy´
[101] [DieBibel] dice `¿Por qué aún hablo con ustedes?´ con nota al pie de página `No es seguro que se encuentre el sentido del texto griego aquí,´ [DiosHablaHoy] dice `¿Por qué he de hablar con ustedes?´ con nota al pie de página `Otra posible traducción: Lo que desde el principio les digo,´ [Elberfelder] dice `Con seguridad, lo que también les he dicho,´ [Peshitta] dice `Aún si comenzara a hablar con ustedes.´
[103] [DieBibel] dice `garantiza la verdad,´ [DiosHablaHoy] dice `dice la verdad.´
[104] [DiosHablaHoy] no dice `casa´ sino `familia.´
[105] [Peshitta] dice `no están abiertos a mi palabra´ con nota al pie de página que aclara `No se vacían a ustedes mismos (para hacer espacio) para mi palabra.´
[106] [DieBibel], [Elberfelder] y [DiosHablaHoy] dicen `oído de,´ [WEB] y [Peshitta] dice `visto.´
[107] [DiosHablaHoy] dice `porque yo vengo de Dios y aquí estoy´
[111] [WEB] y [Peshitta] dicen `Hay uno que busca y juzga,´ [DiosHablaHoy] dice `Yo no quiero que me honren, aunque hay alguien que quiere que se me honre, y Él juzga,´ el mismo sentido tiene [Elberfelder].
[112] [DiosHablaHoy] dice `yo existo desde antes que existiera Abraham.´
[113] [WEB] y [Peshitta] coinciden en la traducción escogida, [DiosHablaHoy] y [Elberfelder] dicen `se escondió y salió del templo.´
[117] [DiosHablaHoy] dice `Dinos la verdad delante de Dios´
[118] [DieBibel], [Peshitta] y [Elberfelder] dicen `teme a Dios.´
[120] [DiosHablaHoy] dice `cuando se encontró con él.´
[121] [DiosHablaHoy] dice `se puso de rodillas´
[122] [Peshitta] dice `Y todos los que han venido son estafadores y ladrones si las ovejas no los escucharon.´
[124] La «Fiesta de la Dedicación» es el nombre griego «Chanukkah,» una celebración de la rededicación del templo.
[125] [DiosHablaHoy] dice `Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo´ con nota al pie que señala la traducción aquí usada.
[126] [DiosHablaHoy] dice `Si Dios llama´
[127] [DiosHablaHoy] dice `apartó.´
[128] [DiosHablaHoy] dice `que hace mi padre.´
[129] [DieBibel] y [Elberfelder] dicen `al otro lado del Jordán,´ [DiosHablaHoy] dice `al oriente del Jordán,´ [Peshitta] dice `cruzando el Jordán.´
[130] [WEB] dice `entonces,´ la traducción `aunque´ es tomada de [DiosHablaHoy].
[131] «Dídimo» significa «Gemelo.»
[132] 15 estadios es cerca de 2.8 kilómetros o 1.7 millas.
[133] [DieBibel] dice `lugar sagrado´ con nota al pie de página `El lugar sagrado es el templo,´ [DiosHablaHoy] dice `nuestro templo.´
[134] [Elberfelder], [DiosHablaHoy] y [DieBibel] dicen `ustedes,´ [WEB] y [Peshitta] dice `nosotros.´
[135] [DiosHablaHoy] dice `como era sumo sacerdote aquel año, dijo por inspiración de Dios.´ [DieBibel] dice `con inspiración profética´ con nota al pie de página `Para los evangelistas es el sumo sacerdote de cada año la herramienta de Dios, es quien debe anunciar una verdad más profunda.´
[136] Una libra romana de 12 onzas, o cerca de 340 gramos.
[137] 300 denarios son casi los jornales de un año de un trabajador del campo.
[138] [DiosHablaHoy] dice `ciudad de Sión.´
[139] En [DiosHablaHoy] no aparece esta parte
[141] En [DieBibel] y en [DiosHablaHoy] dice `Mesías.´
[142] En [DiosHablaHoy] dice `para que pertenezcan a la luz.´ En [DieBibel] dice `para que sean hijos de la luz.´
[143] [WEB], [Elberfelder], [DieBibel] dicen `él ha,´ [DiosHablaHoy] dice `Dios ha,´ [Peshitta] dice `ellos han´
[144] En [DiosHablaHoy] dice entorpecido su mente en vez de endurecido corazones.
[145] [DiosHablaHoy] dice `la gloria de Jesús´
[146] [DiosHablaHoy] dice `no cree solamente en mi.´
[147] [DiosHablaHoy] dice `enseñar.´
[148] [DiosHablaHoy] dice `que Dios le había dado toda la autoridad.´
[149] De acuerdo a nota al pie de [DieBibel], lavar los pies de alguien era una tarea de los esclavos.
[151] [DieBibel] dice `me ha traicionado´ con nota al pie de página con la misma traducción, [DiosHablaHoy] dice `se ha vuelto contra mi,´ la misma traducción está en [Peshitta] y [Elberfelder].
[152] [DieBibel] y [DiosHablaHoy] dicen `al lado de Jesús.,´ [DiosHablaHoy] agrega `de forma que podían conversar mientras cenaban.´
[153] [DieBibel] dice `inclinando su cabeza, debía preguntar sobre quien hablaba Jesús,´ [DiosHablaHoy] dice `Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando.´
[154] [DiosHablaHoy] dice `acercándose más a Jesús´
[156] [DiosHablaHoy] emplea `se muestra la gloria´ en lugar de `glorifica.´
[159] Del griego Parakleton: Consejero, Ayudante, Intercesor, el que reconforta. [DiosHablaHoy] dice `el Defensor,´ [Peshitta] dice `redentor.´
[161] [Peshitta] agrega `en corto tiempo´ al final de este versículo. Las demás traducciones agregan esto al comienzo del siguiente versículo, comenzando una nueva oración.
[162] [DiosHablaHoy] dice `vendremos a vivir en él.´
[163] [DiosHablaHoy] dice `el Defensor.´
[167] [Elberfelder] dice `limpia.´
[168] [WEB] y [Elberfelder] dicen `como una rama y se seca,´ [Peshitta] dice `como una rama que está seca.´
[169] [DiosHablaHoy] dice `como las ramas que se recogen y se queman en el fuego.´
[170] [DiosHablaHoy] dice `permanecen fieles a mis enseñanzas´
[171] [DiosHablaHoy] dice `Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo.´
[172] [WEB] dice para que no los hagan tropezar, [DiosHablaHoy] dice `para que no pierdan su fe en mí,´ la traducción escogida coincide con la de [DieBibel].
[174] [DiosHablaHoy] dice `mostrará claramente a la gente del mundo,´ [DieBibel] dice "demostrará culpable al mundo,´ [Peshitta] y [WEB] coinciden.
[175] [DiosHablaHoy] dice `condenado.´
[177] [Peshitta] y [Elberfelder] agregan `porque voy al Padre.´
[179] [DiosHablaHoy] y [Elberfelder] dicen `salí de la presencia del Padre.´
[180] [DiosHablaHoy] dice `en su unión conmigo.´
[183] [DiosHablaHoy] dice `conságralos´
[184] [DiosHablaHoy] dice `lo que Jesús mismo había dicho.´
[185] [DieBibel] dice `así dirijo,´ en [DiosHablaHoy] dice `dime en que ha consistido,´ [Peshitta] dice `doy testimonio contra el mal,´ [Elberfelder] dice `miseria´ en lugar de `mal.´
[187] [DiosHablaHoy] dice `si Dios no te la hubiera dado.´
[188] [DiosHablaHoy] dice `empedrado.´
[189] Mediodía.
[191] [DiosHablaHoy] dice `vino agrio.´
[192] [DiosHablaHoy] dice `Todo está cumplido.´
[193] 100 libras romanas de 12 onzas cada una, o cerca de 72 libras o 33 kilos.
[195] [DiosHablaHoy] dice `se agacho para mirar dentro.´
[196] [DiosHablaHoy] y [Peshitta] agregan `en hebreo´
[197] [DiosHablaHoy] dice `suéltame´
[199] [Elberfelder] agrega `y ponga mi mano en la huella de los clavos y en su costado.´
[202] 200 codos son cerca de 100 yardas o cerca de 91 metros.
[205] La palabra «hermanos» aquí podría traducirse correctamente como «hermanos y hermanas.»
[DieBibel] Einheitsübersetzung der Heiligen Schrift. Die Bibel. Gesamtausgabe. Otto Knoch, Heinrich Arenhe, Gerhard Barth, et al. Verlag Katholissches Bibelwerk GmbH. 1980. Todos los derechos reservados.
[DiosHablaHoy] Dios Habla Hoy. La Biblia. Sociedades bíblicas unidas. 1995. Todos los derechos reservados.
[Peshitta] Peshitta Aramaic/English Interlinear New Testament. Paul D. Younan. http://www.peshitta.org/ Permite uso o reproducción de cualquier parte en cualquier forma sin permiso previo.
[WEB] World English Bible Michael Johnson con base en American Standard Bible de 1911. http://www.ebible.org 2002. Dominio público.
[Elberfelder] Johannes Evangelium: mit Erklärungen von Werner Heukelbach. Elberfelder. Missionswerk Werner Heukelbach. Todos los derechos reservados.